El cabo de la Guardia Civil de Carlet Raúl Blázquez, que el domingo participó en el rescate urgente de tres ocupantes de un coche en un campo anegado en Alginet, recordó un consejo de su padre, que era bombero, en su decisión de atarse una cuerda a la cintura y subirse al vehículo.

«Fue todo muy rápido», señaló Blázquez ayer en una rueda de prensa donde ha añadido: “Al llegar al sitio vimos el coche hundido, los bomberos no habían llegado todavía y de repente apareció una cuerda. Decidimos amarrarla y subir al coche», todo ello tras unas lluvias torrenciales que inundaron campos y carreteras de la provincia de Valencia.

El agente señaló asimismo que, tras romper la luna del vehículo, decidieron sacar en primer lugar a la mujer que viajaba en la parte de atrás, «que estaba inválida», luego al conductor y por último al tercer ocupante, todos ellos de edad avanzada. «Me subí al capó y de ahí al maletero. Intenté entrar por la luna trasera, pero se hundió la bandeja y resultó imposible», y para evitar la «inminente muerte de la mujer», rompieron la ventana y la sacaron.

Blázquez aseguró que estaban «nerviosos», como en estado «de shock», y les costaba articular palabra, por lo que él intentó tranquilizarles aunque sin éxito.

Por su parte, la agente de la Guardia Civil Esther Fernández explicó que para el resto de efectivos que colaboraron fue también muy complicado.