Dos personas contactan por internet. Una de ellas vende un objeto que no usa y la otra está dispuesta a comprarlo. Acuerdan un precio y se citan en persona para hacer efectiva la compra. El intercambio es corto, dura apenas unos minutos. El vendedor entrega un teléfono móvil de alta gama o un ordenador y recibe el dinero estipulado en efectivo. Poco después se da cuenta de que los billetes son falsos.

Especialistas en delitos informáticos y de falsificación de moneda alertan del auge de la colocación de moneda falsa a través de las compras de segunda mano por internet. Este ha sido precisamente el modus operandi que la policía ha detectado en su última operación contra la fabricación y distribución de billetes falsificados. Cuatro personas, de nacionalidad búlgara y miembros de la misma familia, han sido detenidas por los integrantes del GIT (Grupo de Investigación Tecnológica) al actuar como colocadores de moneda falsa en la capital.

La primera denuncia que recibieron los investigadores la presentó una persona que había adquirido un móvil de alta gama por internet y que había quedado en Castellón con el dueño del terminal para efectuar el intercambio. Tras recibir el dinero y sospechando que el billete de 100 euros que le dieron podía no ser verdadero, lo entregó a la policía. Efectivamente, era falso.

Días después, una prostituta denunció que un cliente le había abonado un servicio con billetes falsos y los investigadores descubrieron que tenían la misma numeración que los entregados por el vendedor del móvil.

Siguiendo la pista de dicha moneda en cuestión, los investigadores localizaron una casa de Castellón en la que podían residir los distribuidores de los billetes. Los agentes se incautaron de euros y dólares falsos.

“Es muy complicado arrestar a quien los fabrica porque es el gran protegido de estas redes”, revela el subinspector del GIT Pere Cervantes, quien indica que la mayoría de las organizaciones son de Europa del Este.

“En el internet profundo se pueden comprar packs de billetes falsificados por 4 euros cada uno de ellos. Hay quien tiene una organización montada alrededor del negocio de la falsificación de moneda y hay quien, por el contrario, opera por libre”, afirma.

Aunque el billete falso por excelencia sigue siendo el de 50 euros, Cervantes advierte de que la distribución de falsos de 5 y 10 euros se ha disparado en los últimos años al no comprobarse la autenticidad de muchos de ellos en los comercios. “Los billetes de 50 se pasan por la máquina casi siempre, pero hay quien no comprueba uno de 5 y eso es lo que aprovechan los delincuentes para ponerlos en circulación”, asevera el subinspector.

LOS AFECTADOS // Las grandes superficies de Castellón son las más perjudicadas por lo que se refiere a la colocación de moneda falsa. Las tiendas de electrodomésticos e informática son el principal objetivo de los falsificadores, aunque también actúan en algunos hipermercados y en tiendas de bricolaje y enseres para el hogar.

Aunque las condenas de prisión son importantes en los delitos de falsificación y oscilan entre los ocho y doce años de cárcel, los colocadores de billetes se enfrentan a penas de cárcel muy bajas, de tres a seis meses. H