El mejor amigo del hombre puede, a veces, convertirse también en un fiero enemigo. Vila-real ha protagonizado esta semana el último ataque de un can a un humano. En este caso, el animal mordió a dos mujeres, de 47 y 89 años, con las que se cruzó por la calle. Ambas sufrieron sendas heridas abiertas en la mano tras abalanzarse sobre ellas un american staffordshire terrier --considerado una de las ocho razas potencialmente peligrosas-- que iba sin bozal.

Las víctimas acabaron en el Hospital la Plana de Vila-real y, tras recibir las pertinentes curas por sus lesiones, obtuvieron el alta y se marcharon a casa.

La Policía Local ha denunciado por la vía administrativa al dueño del can, pues, aunque tenía seguro y la documentación oportuna, no llevaba el correaje obligatorio en el hocico. Asimismo, los agentes han derivado el expediente al departamento de Sanidad municipal para dar inicio al expediente y también así a la Policía Nacional para iniciar diligencias judiciales.

Las razas peligrosas

Akita inu, tosa inu, dogo argentino, fila braseileiro, rottweiler, staffordshire bull terrier, american staffordshire terrier y pit bull terrier son las ocho razas consideradas específicamente peligrosas por el Real Decreto 287/2002. Sin embargo, la norma establece que también lo serán aquellas cuyas características mayoritarias se correspondan con las siguientes: fuerte musculatura, aspecto robusto, marcado carácter, pelo corto, cabeza voluminosa, perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 centímetros, altura a la cruz entre 50 y 70 centímetros y más de 20 kilos; cuello, pecho y patas anchas y musculosas.

Obligaciones del dueño

Los dueños de este tipo de ejemplares deben obtener y renovar una licencia administrativa para su tenencia --certificado de aptitud psicológica incluido-- y formalizar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros con una cobertura no inferior a 120.000 euros.

Además, estos animales deberán llevar obligatoriamente bozal en espacios públicos y estar controlados por una cadena o correa no extensible de menos de dos metros. Aquellos perros que estén en fincas privadas habrán de estar atados, a no ser que se disponga de un habitáculo con la superficie, altura y adecuado cerramiento para proteger a las personas que accedan.

El caso de Castelló

Hace ahora dos años que Juventino Pérez, vecino de Castelló, ingresó en el Hospital La Fe de València, en estado grave, tras el ataque de un pitbull y un pastor alemán. Sucedió en el camí de les Villes, en el término de Castelló, pero muy próximo al Centro de Jardinería Benicàssim. La víctima iba corriendo con su perra cuando fue brutalmente mordido por los otros dos canes, que le provocaron heridas graves en la cabeza y un brazo. Un vecino, Enrique Emo, fue testigo y acudió en la ayuda del hombre. «Empecé a tocar el claxon, a gritar y mis perros, a la vez, a ladrar. El pitbull y el pastor alemán se fueron un momento y aproveché para bajar del coche y subir al hombre dentro de mi furgoneta», contó el salvador de Juventino Pérez.

Una muerte en la Vall d’Uixó

La Fiscalía Provincial de Castelló pedirá una pena de tres años de cárcel para el responsable de cuatro perros que atacaron brutalmente a un agricultor de la Vall de 70 años y le causaron la muerte hace ahora dos años. El caso conmocionó a la provincia. La víctima falleció tras ser ingresado en estado crítico en la UCI del Hospital de la Plana, como consecuencia de las heridas sufridas después de ser atacado por varios perros --de un refugio ilegal--, cuando él trabajaba en una finca del camino de Miramar.