El Juzgado de lo Penal número 1 de Castellón debía sentar ayer en el banquillo a un hombre de 33 años y nacionalidad española, acusado de dañar una docena de parquímetros de la capital en 2014. Sin embargo, la ausencia de un policía que acudía a declarar como testigo obligó a suspender la vista oral, que tuvo que ser señalada nuevamente para el mes de marzo del 2020 ante la falta de fechas, según confirmaron fuentes judiciales. Y es que el área de Penal tiene importantes cargas de trabajo y retrasos, con juicios por atropello o palizas sin juicio a la vista tras cinco años.

El procesado fue detenido por la Policía Local durante un dispositivo especial de vigilancia para dar con el autor de cuantiosos daños registrados en máquinas de la zona azul. El susodicho empleaba un potente pegamento, una rasqueta y diversas herramientas para tapar las ranuras de los parquímetros.

Los hechos se registraron cerca de la medianoche, cuando dos agentes municipales observaron que varias máquinas, situadas en las calles Moyano y Fola, tenían pegamento aún fresco.

Comenzaron entonces una intensa vigilancia por las inmediaciones para localizar al posible autor de los desperfectos. Minutos después, localizaron en la calle Herrero a un varón que vestía una sudadera con capucha y que llevaba todavía puesto un guante de plástico. Los policías locales lo siguieron y, a pocos metros, el hombre se acercó a otro parquímetro, en el cruce de la calle Asensi con la calle Luis Vives, y comenzó a manipular la parte frontal del mismo. Los agentes pudieron, de este modo, sorprenderlo in fraganti, arrestarlo y requisar todos los objetos que llevaba para dañar parquímetros.

Como informaran entonces desde la Policía Local, el detenido llevaba varios pasquines en contra de la instalación de estas máquinas para controlar la zona azul y en los cuales se explicaba cómo se debían deteriorar.