Traumática experiencia la vivida ayer por la mañana en una empresa de material de construcción y demolición de Nules --muy próxima al término de Burriana--. Dos ladrones, de entre 30 y 40 años, irrumpieron armados con una pistola y un cuchillo en las instalaciones sobre las 12.30 horas.

Uno de ellos iba a cara descubierta y el otro, en cambio, intentaba cubrirse el rostro con una braga. Vestían ropa deportiva y eran españoles, según ha podido saber este diario. Rápidamente, se dirigieron hacia la secretaria de la mercantil, de unos 48 años, y la sentaron en la silla al intentar la víctima levantarse.

La amenazaron, la encañonaron y le pidieron que entregara todo el dinero que tuviera a su alcance. «¡Te vamos a pegar un tiro!, ¡te vamos a rajar!», gritaron a la afectada. Los cacos se apoderaron de una cantidad aproximada de 300 euros, procedente de la venta de material, y también cogieron el smartphone de la trabajadora, que estaba sobre el mostrador. Acto seguido, la encerraron en un cuarto próximo para evitar que pidiera ayuda o huyera. Una vez privada de libertad, los asaltantes se escaparon de las instalaciones (se desconoce si lo hicieron a pie o en un vehículo). La mujer, muy asustada, intentó pedir auxilio y salir de la habitación. Comenzó a pegar patadas a la puerta, hasta que logró romperla y salir al exterior.

Apresuradamente, abandonó las instalaciones de la empresa y comenzó a gritar y a hacer aspavientos. Un vecino de la zona, que iba al volante de su coche, la vio y detuvo el automóvil.

La empleada le explicó, como pudo, lo ocurrido y dieron aviso a la Guardia Civil. Hasta la zona se desplazaron rápidamente varias patrullas, con miembros de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial. También se personaron en las instalaciones efectivos sanitarios que atendieron a la rehén, quien presentaba un fuerte estado de nervios, según confirmaron a este diario.

LAS SOSPECHAS / Los responsables de la mercantil se encuentran muy sorprendidos por lo sucedido y por la violencia empleada. «Nosotros no manejamos grandes cantidades de dinero, sino transferencias bancarias y pagarés. Por eso nos ha sorprendido la presencia de ladrones armados y pidiendo el efectivo de la caja», explicaron ayer a este diario tras un robo más propio de atracos a entidades bancarias o joyerías que a empresas de un sector como es el de la construcción.

Los investigadores sospechan que pueda tratarse de un robo poco planificado --por el escaso botín y por el hecho de que entraran sin pasamontañas-- y, por el momento, no se descarta que la pistola empleada para amenazar a la secretaria fuera simulada. Los agentes se centran ahora en analizar posibles huellas.