Una mujer y su hijo, de 56 y 23 años, fueron encontrados muertos a primera hora de la mañana de ayer en una vivienda familiar de Las Torres de Cotillas (Murcia). El hallazgo de los cuerpos fue alertado por el hijo y hermano de las víctimas, que fue detenido al ser considerado el principal sospechoso de sus muertes.

Los cadáveres presentaban numerosos golpes y fueron provocados por un objeto contundente. Fuentes cercanas a la investigación apuntan a que las heridas fueron realizadas con una barra de hierro o unas mancuernas.

Al descubrir los cuerpos, sobre las 6.50 horas de la mañana, el hijo mayor de la familia, de 27 años, se dirigió muy alterado a una panadería cercana para comunicar el doble crimen y después alertar al cuartel de la Guardia Civil, donde los investigadores le tomaron declaración.

El padre, jubilado, se encontraba fuera del domicilio familiar en el momento de los hechos, ya que había pasado la noche cuidando a un hombre mayor. Cuando volvió a su casa, tuvo que ser atendido por un ataque de ansiedad.

«ALGO IBA A PASAR» // Las decenas de vecinos que se agolparon a las puertas de la fachada de la casa, situada en la calle Asturias de esta pequeña localidad murciana, avisaban de que «era cuestión de tiempo» que un suceso acabase ocurriendo. «Todo el mundo sabía que algo iba a pasar tarde o temprano», confesaba uno de los testigos de las labores de levantamiento de los cadáveres. Al parecer, los dos hijos que vivía con el matrimonio en la vivienda familiar --el menor, fallecido; y el mayor, arrestado-- tenían numerosos antecedentes policiales. Según el testimonio de otro vecino, las reyertas en el seno doméstico eran frecuentes y se sospecha que los dos jóvenes estuvieran implicados con negocios de drogas.

A raíz de lo sucedido, el Ayuntamiento de Las Torres de Cotillas convocó un minuto de silencio a las 12.00 horas y decretó dos días de luto en el municipio.