En 39 segundos. El hostelero de nacionalidad china de Benicàssim que en julio del 2017 atacó 10 veces con una barra de hierro, apuñaló en el costado y degolló a un cliente en la terraza de su bar en este periodo de tiempo, según quedó ayer ratificado por los peritos, tanto policiales como forenses, que declararon en la segunda sesión del juicio popular, corroborado por la cinta grabada de una cámara urbana en el exterior visionada en la primera sesión.

En el juicio, que prosigue hoy, la acusación particular pidió incrementar la pena, de los 20 años de prisión iniciales, a 22 --que son los que solicita la Fiscalía--, por un delito de asesinato, con alternativa de internamiento psiquiátrico de alta seguridad si se atiende la eximente de enajenación mental, eliminando el ensañamiento.

Cuatro policías y guardias civiles declararon sobre el día de los hechos. «Íbamos por una llamada de lesiones por una persona con sangre en el suelo y nos encontramos con una persona desangrada en una silla, completamente decapitada, con la tráquea seccionada y con los últimos espasmos», relataron, explicando que «las heridas eran incompatibles con la vida».

«En el bar no había nadie más, ni había entrado ni salido nadie más, aparte del acusado, que, como muestran las imágenes, entró y salió hasta tres veces para cambiar de arma, que tenía preparada tras la puerta, y había reguero de sangre y pisadas. Lo encontramos en el suelo, al fondo, y, los dos cuchillos usados estaban, lavados, en la cocina. Él repetía que no sabía nada tras esposarle, pese a tener manchas de sangre en la ropa y la piel y hasta la ropa interior», aseguraron.

La forense detalló que la víctima «sufrió hasta 10 golpes de gran brutalidad con la barra de hierro por la espalda en el cráneo, uno por segundo», que hicieron que «perdiera ya la consciencia de lo que le estaba pasando por la hemorragia cerebral, ya de riesgo vital». Después siguió un «punzamiento en el costado que perforó el pulmón», y un «degüello homicida, por un trayecto de izquierda a derecha con intensidad final, que secciona laringe, yugular y arteria carótida, que provocó la muerte inmediata».

«UNAS VOCES LE ORDENABAN» //

Las psiquiatras forenses concluyeron que el agresor sufre un trastorno mental bipolar, por el que ya había estado internado en su país y en Barcelona, donde vivió un tiempo, y del que no estaba siendo tratado. Declararon que no recordaba la agresión por un «cortocircuito mental», acompañado, según dijo en su declaración a las forenses, «de voces que le daban órdenes» en el proceso.

A preguntas del juez, explicaron que «el brote psicótico --que pudo durar minutos-- «sí es compatible con el hecho de que lo preparó y buscó el momento para atacar». La Fiscalía reclama, por ello, un plus de alevosía por indefensión, pese a la eximente de la enfermedad para lo que pide internamiento.

Su hija: «Me dijo que buscara otro padre que la vida no vale la pena»La hija del agresor de Benicàssim fue ayer la primera en declarar. Sin mirar a su padre, y muy nerviosa, explicó que, en un estado depresivo que venía de dos años atrás, tras la muerte de su tío, agravado según dijo también a las forenses, por la «manía» de unos «implantes dentales defectuosos que le habían puesto». Y que su padre, en un cambio radical tras esta intervención, le dijo: «La vida es muy dura y no vale la pena. Búscate un padre mejor que yo no puedo mantenerte».