Susto e imagen curiosa ayer en el Camí Pedrera de Burriana cuando el piloto de una avioneta, que pulverizaba sobre la zona para evitar la mosca de la fruta, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia entre naranjos.

El aparato aéreo, perteneciente a una empresa de Castellón, estaba soltando ceratitis capitata en los huertos, en el marco de las acciones para prevenir la citada plaga, cuando sufrió una avería y comenzó a perder altura de forma progresiva, según confirmaron a Mediterráneo fuentes cercanas a la investigación.

Al ver un camino bastante ancho, donde podía aterrizar sin riesgo, el piloto efectuó, con templanza y destreza, la maniobra de descenso para sorpresa de algunos testigos. Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local para regular el tráfico y asistir al piloto, que salió ileso del aterrizaje de emergencia.