Un joven español atracó ayer a mediodía la oficina del Banco Santander ubicada en el número 70 de la ronda Magdalena de Castellón, en la esquina con la calle Santa Bárbara. Fue a las 14.15 horas, justo antes de que la entidad cerrara sus puertas al público.

A cara descubierta, con gafas y ataviado con un peluquín y un bigote falso, el hombre entró en las instalaciones y sacó un arma de fuego con la que amenazó a los tres trabajadores. “Hemos pasado mucho miedo, ha sido un rato muy angustioso”, explicó a Mediterráneo uno de los empleados, minutos después de lo sucedido.

Y es que el atracador maniató fuertemente con bridas a todos los trabajadores, ordenándoles que se agacharan y arrinconándolos en el suelo. De repente, entraron dos clientes, un hombre y una mujer, a los que el asaltante también ató y retuvo.

“Nos pidió las combinaciones de las cajas fuertes para poder acceder al dinero y nos vimos obligados a dárselas. Nos encañonó y llegó a cargar la pistola, oímos accionar el arma, como si fuera a dispararnos”, recordó el hombre tras el atraco, con las muñecas todavía enrojecidas y doloridas por las ataduras. Una vez hubo obtenido una cantidad importante de dinero, que no trascendió, se marchó del local a toda velocidad, sospechando los rehenes que pudiera contar con varios cómplices y que se dieran a la fuga en un vehículo.

Cuando el atracador se hubo ido de allí, los cinco clientes y empleados retenidos intentaron soltarse. Uno de ellos se hizo con unas tijeras que había guardadas en un cajón y consiguió cortar la brida que lo sujetaba, liberándose y consiguiendo desatar a las demás personas secuestradas.

Dos patrullas de la Policía Nacional, varios agentes de paisano y efectivos de la Unidad Científica se personaron en la entidad.

En el interior de la sucursal se entrevistaron con los afectados, que les relataron lo sucedido. Los efectivos también peinaron la zona y preguntaron al dependiente de la frutería situada frente al banco si había visto alguna cosa, aunque el hombre lo negó. H