La peligrosa banda criminal desarticulada, tras atracar dos oficinas de Cajamar en la Pobla Tornesa y Sant Mateu, entre otras por todo el territorio nacional, tenía varios homicidios a sus espaldas. Así lo confirmaron ayer la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional, quienes han llevado a cabo una operación conjunta, llamada Gancho-Manteca, que se ha saldado con las detenciones de los cuatro miembros de la organización.

De las sucursales se llevaron botines que oscilaron entre los 4.000 y 60.000 euros por entidad. En los dos asaltos de Castellón sustrajeron 10.000 euros.

Se trata de cuatro hombres, tres de ellos hermanos, de nacionalidad española y de entre 40 y 62 años. Atracadores muy peligrosos y «de la vieja escuela», que accedían armados con pistolas a las sucursales y tapando sus rostros con pañuelos y sombreros.

Todos contaban con numerosos antecedentes y condenas por hechos similares. En 1982 acabaron con la vida del director de una entidad bancaria en Valencia y fueron condenados por el homicidio, informó el capitán de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, Aurelio Abellán. No fue la única vida que se llevaron por delante ya que, en su larga trayectoria delictiva, mataron a más personas.

Los atracadores fueron detenidos en Pozocañada (Albacete), justo antes de perpetrar un noveno atraco a una oficina de Tobarra, señaló el coronel jefe de la Guardia Civil de Castellón, Miguel Fresneda. Además de los golpes en la Pobla Tornesa, en febrero del 2015, y en Sant Mateu, en junio de este año; los detenidos actuaron en oficinas de Tortosa y Montblanc (Tarragona), Nágera (La Rioja), Miajadas (Cáceres), Motilla del Palancar (Cuenca), Ujo (Asturias) y lo intentaron también en Tobarra (Albacete). H