L a pandemia del coronavirus obligó a suspender en Castellón cerca de 3.500 juicios durante los meses más crudos de la crisis sanitaria. El caso contra el entrenador de gimnasia rítmica de Betxí acusado de abusos a sus discípulas menores se pospuso por falta de garantías sanitarias (supuso también su excarcelación). Lo mismo sucedió con la muerte de una anciana en Vinaròs a manos de su hijo en el 2018, así como con el juicio con jurado popular contra Antonio Tellado (ya condenado por homicidio, tentativa, secuestro y agresión sexual) por matar a navajazos a su exsuegro (Casimiro Díaz, alias Boni ) por venganza en marzo del mismo año en el Grau.

Otro de los casos más mediáticos aplazados a causa de la pandemia fue el atropello mortal de Rocío Dil, de 17 años, mientras esperaba al autobús en una parada de la antigua 340, en Benicarló. El juicio contra el conductor que arrolló a la fallecida y a una amiga suya (gravemente herida) debía celebrarse a finales de mayo en el Palacio de Justicia de Vinaròs.

«Vista la situación del estado de alarma y la suspensión generalizada de las actuaciones judiciales programadas y de los plazos procesales, hasta la fecha que concrete el Consejo General del Poder Judicial, se acuerda suspender el presente señalamiento», dijo el magistrado en una providencia. La vista oral se retomará los días 26, 27 y 28 de octubre.

Los padres de la menor criticaron desde el principio la actuación de los agentes municipales, a quienes acusaron de «incumplir los deberes y obligaciones legales inherentes a la función policial» y de «complicar la tarea de acreditar que el conductor circulara bajo los efectos de las drogas».

La familia interpuso una denuncia contra el Ayuntamiento de Benicarló y solicitó que los cuatro efectivos fueran sancionados. El Síndic de Greuges llegó a interceder por ellos, pero la denuncia tramitada se archivó.

El conductor fue arrestado y la jueza acordó su libertad, aunque le prohibió conducir, le retiró el pasaporte y le obligó a firmar cada semana en el juzgado. H