Los tres autores del atraco armado a la oficina del banco Santander de la calle Mayor de Nules --cometido en febrero del 2016-- solo cumplirán penas de entre dos y tres años de prisión. Esa es la condena que le imponen los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, que han sentenciado a José García Robira, Juan Carlos García Perdiz y Benito Pardo Perdiz por un delito de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa por el que la fiscal pedía ocho años.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Mediterráneo, les aplica a todos ellos la circunstancia agravante de disfraz. A Juan Carlos García Perdiz y Benito Pardo Perdiz el tribunal les impone dos años y tres meses de prisión.

En el caso de José García Robira, se contempla la reincidencia, ya que el día del atraco se encontraba en libertad condicional (había permanecido desde 1998 en prisión por robo) y los magistrados lo sentencian a tres años. Cabe recordar que los tres asaltantes --de 22, 29 y 37 años-- entraron en la citada entidad, a través de un butrón realizado desde un local abandonado anexo, maniatando y amenazando con armas blancas al director.

Durante la vista oral --celebrada con gran expectación y afluencia de público por la alarma que causó el atraco en Nules--, José García Robira se escudó en su adicción a la heroína, mientras que Juan Carlos García Perdiz --sin antecedentes previos-- dijo que participó en el atraco porque lo iban a «desahuciar». «Fuimos a llevarnos el dinero, pero no queríamos hacerle daño a nadie», relataron durante la vista, incidiendo en que obedecieron a la Guardia Civil cuando les ordenó que entregaran las armas y se tiraran al suelo de la entidad bancaria.

EL REHÉN

El director del banco declaró tras un parabán y explicó a los jueces cómo vivió los hechos. «Me amenazaron y me pidieron la combinación de la caja, pero yo les dije que no la sabía», recordó el testigo, asegurando que los atracadores le ataron las manos a la espalda con bridas y lo obligaron a arrodillarse.

Los tres sentenciados portaban, como recoge la sentencia condenatoria, cuchillos de grandes dimensiones e iban ataviados con ropa oscura y pasamontañas.

Los asaltantes, según declara probado el tribunal, le dijeron a la víctima «que se estuviera quieto y que no chillara o le meterían dos cuchilladas». Aunque el director de la entidad dijo que le desaparecieron 75 euros de su cartera, los magistrados dicen que no ha quedado probado que alguno de los procesados cogiera dicho efectivo al directivo. El atraco se vivió con expectación hace dos años y es que una treintena de agentes tomaron la calle Mayor para frustrar el robo.

EL AVISO DE LA VECINA, CLAVE

La sentencia de la Sección Primera recoge, como ya publicara este periódico en su día, que fue el aviso de una vecina lo que permitió frustrar la huida de los atracadores. La mujer relató en el juicio que había quedado con la subdirectora de la entidad y que vio a dos encapuchados dentro del local, lo que le llamó la atención. La testigo fue en busca de un policía local que se encontraba en las inmediaciones y que, de forma inmediata, pidió refuerzos. En cuestión de minutos, el banco estaba rodeado por los efectivos.