Un joven de nacionalidad rumana y de 20 años se recupera en el Hospital General de Castellón de la brutal agresión sufrida cuando se encontraba en una discoteca de Benicàssim.

La víctima, que es vecina del Grao de Castellón, fue atacada y sufrió importantes lesiones, tales como fractura de mandíbula y de nariz, diversos traumatismos craneoencefálicos y rotura de varias costillas, fruto de los violentos golpes que le propinaron, al parecer, un grupo de jóvenes, según revelaron a Mediterráneo testigos de la brutal paliza en el local.

Sucedió en la madrugada del domingo y hasta el lugar de ocio se desplazaron agentes de la Policía Local de Benicàssim, efectivos de la Guardia Civil del municipio y una ambulancia, que, viendo la gravedad del estado del agredido, lo derivó al Hospital General, donde quedó ingresado. Allí continúa seis días después de la agresión, según confirmaron ayer a este diario fuentes hospitalarias.

Al parecer, el joven llegó incluso a entrar en coma debido a las lesiones sufridas, aunque poco a poco evoluciona favorablemente. Desde la Guardia Civil confirmaron los hechos a este rotativo y explicaron que, aunque se instruyeron diligencias por lo sucedido, todavía se encuentran a la espera de que el afectado presente la correspondiente denuncia para poder iniciar una investigación.

Por el momento, no se han producido detenciones y habrá que esperar a que la víctima formalice la denuncia y diga a los agentes si sabe quiénes son las personas que lo atacaron en la discoteca y si puede reconocerlos. Sin embargo, todo apunta a que los agresores no conocían al herido y que los golpes se iniciaron tras una breve discusión durante una noche de fiesta.

EL ÚLTIMO CASO // El pasado mes de octubre otra terrible paliza en una discoteca de un polígono de Castellón acababa con un joven en coma inducido en la UCI del General. Cinco hombres y dos mujeres fueron detenidos entonces. Según los testigos, las personas arrestadas habían dejado a la víctima sin conocimiento al golpearle con una botella de cristal en la cabeza. Mientras, uno de ellos esgrimía un arma blanca, con la que amenazaba a todo el que intentaba socorrer a la víctima. H