Juan Antonio Jiménez Martínez, el preso de 35 años que este lunes escapó de un furgón de la Guardia Civil tras una visita médica en el Hospital General, como avanzó en exclusiva Mediterráneo, podría ocultarse ya en Alicante. Allí es donde los investigadores creen que puede estar el fugitivo, condenado por tres intentos de homicidio durante una balacera entre calenes rivales --los Gallego contra los GallegoWenceslao en el año 2013 en San Vicente del Raspeig.

Según ha podido saber este diario, el recluso pidió, durante su fuga, que una persona que iba por la calle le dejara realizar una llamada. El peatón le prestó su teléfono móvil, con el que el reo contactó con un familiar. El testigo pudo oír que Jiménez daba su ubicación y le pedía a alguien que lo recogiera para marcharse hacia Alicante.

Al cierre de esta edición, el delincuente alicantino permanecía en paradero desconocido y la orden de búsqueda nacional activa para todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Su huida tuvo lugar el lunes por la tarde en el párking trasero del General. Después de acudir a una consulta y de regresar al vehículo policial que debía trasladarlo de vuelta al centro penitenciario de Albocàsser, el preso comenzó a quejarse y uno de los agentes del traslado acudió para ver qué le pasaba. Cuando el guardia civil abrió la puerta de la furgona, el recluso dio una fuerte patada, golpeó al efectivo de la Benemérita y se apeó.

Jiménez, que iba engrilletado como marca el protocolo, comenzó a correr por el aparcamiento y se perdió por un descampado próximo al hospital. A pesar de los esfuerzos por encontrarlo por las inmediaciones, la búsqueda no dio resultado. El dispositivo se reforzó en las horas posteriores y la Policía Nacional se sumó al mismo, aunque Jiménez no pudo ser encontrado.

LA CONDENA

El tiroteo por el que el delincuente alicantino fue condenado se produjo como consecuencia de una deuda económica entre dos miembros de clanes rivales.

La Audiencia de Alicante declaró a todos los sospechosos autores de tres delitos de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas. Uno de los Gallego y dos de sus hijos acudieron la noche del 7 de julio de 2013 al barrio de la Colonia Santa Isabel (San Vicente del Raspeig) con armas para vengarse de sus rivales, los Wenceslao. Tres miembros de esta última familia recibieron a tiros a sus contrincantes desde una vivienda y unos portales. Se registraron al menos 23 disparos y resultaron heridos de bala dos Gallego, hospitalizados más de un mes. El Supremo confirmó 12 años y medio de condena para Jiménez.