A gosto es el mes vacacional por excelencia. Miles de vecinos de Castellón viajarán estos días a otras provincias españolas o a sus localidades natales para pasar unos días en familia en un verano atípico marcado por la pandemia internacional. A la hora de subirse al coche es importante recordar que la utilización del móvil es una infracción grave --sancionada con 200 euros y la retirada de tres puntos en el carnet-- y, sobre todo, que constituye la principal distracción para un conductor. No es baladí, pues precisamente los despistes en la carretera son ya la primera causa de muerte en los accidentes de tráfico en España.

Durante el primer semestre de este año la Dirección General de Tráfico impuso 430 denuncias a conductores de la provincia que manipularon su smartphone mientras conducían su vehículo, según datos de la Jefatura Provincial. Son 71 sanciones cada mes, 17 a la semana y más de dos al día. Es un número muy elevado si se tiene en cuenta que Castellón estuvo, al igual que el resto del país, confinado durante más de dos meses y hubo una fuerte restricción de los movimientos. De hecho, las multas son solo este año, marcado por la pandemia, 58 menos que en el ejercicio pasado.

A pesar de la situación excepcional vivida desde marzo, la DGT no baja la guardia y trata de retomar la normalidad, recuperando sus campañas de vigilancia y control, con especial énfasis en la temporada de vacaciones.

Las autoridades recuerdan que solo responder a un whatsapp, solo una llamada, solo enviar un audio rápido... Pueden ser solo unos segundos, pero el uso del teléfono al volante podría salir muy caro.

La masiva utilización de la aplicación WhatsApp y su incorporación como uno de los canales de comunicación más extendidos en la actualidad han comportado también un exceso de confianza entre los conductores. A diario se ve en Castelló, Vila-real, la Vall d’Uixó o cualquier otra localidad de la provincia a personas que se atreven a contestar mensajes al mismo tiempo que con la otra mano sostienen el volante, mirando tanto a la pantalla como a la carretera por la que circulan.

«A menudo, nos confiamos al volante por la rutina de la conducción, pero hay que ser muy consciente de que el teléfono no puede usarse nunca, ni cuando estamos detenidos en un semáforo en rojo, ni en un paso de peatones», recordaba la jefa de Tráfico en Castellón, Mercedes Peris, en las últimas declaraciones a este diario. Para ella, WhatsApp y las redes sociales constituyen «el peor peligro». «Si vamos a 120 km/h y escribimos un mensaje recorremos más de 600 metros sin prestar la atención necesaria», recuerda la máxima responsable de la DGT. H