Un total de seis personas han perdido la vida a lo largo del verano en espacios acuáticos de la provincia de Castellón, cinco de ellas en zonas de playa y una en el río Millars. Curiosamente, el mismo número de víctimas mortales que se contabilizó en el último periodo estival. Sin embargo, se advierte una gran diferencia respecto al año pasado. En 2015, cinco de los seis ahogados eran mayores de 65 años, mientras que, en este estío, la mitad de los fallecidos no llegaba a los 50.

El primer muerto se registró el 29 de junio. Un hombre de nacionalidad marroquí, de 35 años, fallecía en la playa del Grao de Burriana. Un vecino dio la voz de alarma tras divisar un cuerpo flotando en el agua y, pese a los intentos de los servicios sanitarios por reanimarle, nada pudieron hacer por salvarle la vida.

Un mes después, el 31 de julio, un vecino de Vila-real de 48 años sufría un infarto de miocardio mientras se bañaba en la playa de Els Terrers, en Benicàssim. Según relataron los testigos del suceso, después de que lo llevaran hasta la orilla, el hombre empezó a sacar espuma por la boca y sus ojos se quedaron en blanco, hasta que acabó falleciendo en la arena.

Los víctimas mortales restantes tuvieron lugar en agosto. La tercera defunción por ahogamiento ocurrió el día 3, cuando un veraneante rumano de 62 años, residente en Madrid, fallecía tras sufrir un paro cardíaco en la playa del Fortí de Vinaròs. Los facultativos médicos trataron de reanimarle durante más de veinte minutos con la ayuda de un desfibrilador, pero no pudieron evitar su repentina muerte.

Solo un día más tarde, un vecino de les Coves de Vinromà, de 81 años, protagonizaba un nuevo óbito como consecuencia de un infarto en la playa de Torreblanca. El bañista fue sacado del agua en estado inconsciente y ya no pudo volver a ponerse en pie.

Pero no sería la única defunción que se produciría ese fatídico 4 de agosto. Otro bañista de avanzada edad ---79 años-- perdía la vida tras desvanecerse mientras se bañaba en Benicàssim.

El sexto y último ahogamiento registrado hasta la fecha fue el que más revuelo mediático generó debido a la corta edad de la víctima y las circunstancias en que se propició. Un chico de Nules de 19 años se lanzó al Assut de Vila-real desde lo alto de la caseta que hay en esa presa --ubicada en la zona de Els Matxos, en el río Millars-- y se hundió hasta una profundidad de cinco metros. Como no sabía nadar, uno de sus amigos intentó ayudarlo a salir, pero se le escurrió de las manos. H