La Fiscalía mantiene la petición de 15 años de prisión para el ciudadano marroquí Rashid Z. por los delitos de agresión sexual, hurto y secuestro. El juicio, que tuvo lugar ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, no contó con la presencia de la presunta víctima, pues se encuentra en paradero desconocido.

El secretario judicial leyó las declaraciones que la mujer hizo en sede judicial, en las que aseguraba que el acusado quiso contratar sus servicios en el Camí Caminàs de Castellón el 14 de diciembre del 2008. La denuncia sostiene que empleó una navaja para forzarla. Según su versión, la amenazó diciendo que la iba a matar y la llevó en su coche hasta Orpesa, con el seguro puesto. Sin embargo, nunca se encontró el arma blanca a la que se refiere.

Por su parte, el acusado negó lo sucedido y sostuvo que una tercera persona rompió la ventana de su coche para robarle la cartera. Es el motivo, según manifestó él, por el que decidió huir hasta Orpesa para pedir a su primo que llamara a la Guardia Civil.

CONTRADICCIONES / Tres policías locales testificaron que cuando asistieron a la presunta víctima, semidesnuda, llevaba las medias rotas y además presentaba heridas leves. También explicaron que Rashid Z. pretendía huir cuando encontraron su coche.

Dos forenses señalaron que, según el informe médico, algunas lesiones se podrían haber producido por los cristales rotos que había en el interior del vehículo. También ratificaron que no hay pruebas concluyentes, ya que las lesiones podrían deberse a «una agresión sexual u otro tipo de ataque». Asimismo, recordaron que la víctima se negó a una conveniente exploración ginecológica en el Hospital General.

En sus conclusiones el fiscal reclamó una sentencia condenatoria y no varió su petición inicial de 15 años de cárcel. Aunque reconoció que habían ciertas contradicciones en el relato de los hechos, manifestó que los testigos coincidían en los detalles esenciales del caso. Además, acusó a Rashid Z. de atacar la «libertad sexual» de la afectada.

La defensa, por su parte, expuso que las pruebas eran «inconsistentes» para una condena tan grave. El caso por presunta agresión sexual ha quedado visto para sentencia en Castellón.