Sorprendido circulando ebrio por Benicarló, en dirección contraria y con un menor de edad montado en su coche que figuraba como desaparecido desde hacía 11 días. La Policía Local pilló en la madrugada de ayer --sobre las 2.00 horas-- a un conductor, de nacionalidad española y de 52 años, que iba en contradirección por la calle Mare de Déu de Fàtima. La patrulla se lo encontró de bruces, sin que nadie hubiera avisado, y dio el alto al vehículo, que no había protagonizado ningún accidente de tráfico.

En el automóvil viajaban el conductor, un adolescente y otras personas adultas. Los agentes observaron que el hombre que iba al volante presentaba signos evidentes de estar bajo los efectos del alcohol, por lo que le pidieron su documentación y procedieron a hacerle la pertinente prueba de alcoholemia. El resultado fue contundente. El conductor, Juan Carlos F.F., dio 0,76 mg/l, algo más del triple de la tasa máxima permitida --es de 0,25 mg/l--.

INMOVILIZAN EL TURISMO

Los policías locales de Benicarló inmovilizaron el turismo e instruyeron diligencias contra él por un presunto delito contra la seguridad vial al haber sido sorprendido circulando en dirección contraria.

Identificaron al resto de ocupantes del coche y se percataron entonces de la presencia de un adolescente. Al comprobar su filiación, se dieron cuenta de que el menor de edad, de unos 16 años, figuraba como desaparecido, ya que sus padres habían interpuesto la correspondiente denuncia el pasado 7 de abril, tras haberse marchado este de casa, según pudo saber este periódico de fuentes fidedignas.

Los efectivos municipales se hicieron cargo del chico y lo trasladaron al cuartel de la Guardia Civil de Benicarló, a la espera de que la Benemérita se pusiera en contacto con la familia del adolescente para entregárselo.

Según ha podido saber este diario, el menor y el resto de los adultos que viajaban en el vehículo, y que cuentan con antecedentes penales, mantienen una cierta amistad. Una relación que no agrada en absoluto a los padres del joven debido a la mala influencia que estos ejercen sobre el menor, que todavía se encuentra bajo la tutela de sus progenitores debido a su edad.

PROTOCOLO

Cuando un menor desaparece y los padres denuncian su ausencia, los datos del adolescente pasan a todos los cuerpos de seguridad para su localización. En la mayoría de ocasiones las desapariciones responden a fugas voluntarias por desavenencias con los padres, temas amorosas o de estudios. Los niños suelen aparecer o regresar a casa a las pocas horas o días.