La Policía Nacional detuvo al dueño de un lavadero de Castellón por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores. Según descubrieron los agentes, presuntamente el dueño de este comercio tenía trabajando para él a una persona de origen extranjero que dormía en el mismo puesto de trabajo con unos cartones dispuestos en el suelo.

El empleado, según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, no tenía contrato ni estaba asegurado. Llevaba más de una semana trabajando y durmiendo en el interior de la nave, y se había trasladado a Castellón con la promesa de un trabajo con contrato, alojamiento y manutención.

Antes del traslado, la víctima sabía que recibiría un sueldo de 400 euros, pero aceptó por necesidad. No obstante, la manutención se limitaba a bocadillos de mortadela y el hipotético lugar donde dormir, con cartones y mantas.

La detención se produjo cuando los agentes fueron alertados porque se estaba produciendo una discusión entre dos personas. Los hechos ocurrieron sobre las 11.00 horas. A la llegada, los efectivos averiguaron que la disputa se había iniciado cuando el empleado le pidió a su jefe que le pagara para volver a su país de residencia debido a las condiciones de trabajo.