Los distintos colectivos gitanos de Castellón marcharán el próximo día 26 por las calles de la ciudad para protestar contra lo que consideran una “muerte racista”, la de Ángel Hernández, quien sufrió un infarto tras discutir con un vecino (payo) en el grupo Las Brevas (junto al Hospital General) el pasado 29 de julio y ser rociado con un espray. El payo que le tiró el aerosol, que también resultó herido, fue detenido, al igual que el hijo del fallecido. Ambos quedaron en libertad con cargos por un presunto delito de lesiones.

La autopsia no pudo determinar cuál fue la causa exacta del infarto que sufrió Hernández, quien ya había tenido problemas de salud previamente, y si la inhalación del espray le provocó el paro cardíaco, como sostiene la familia, que está a la espera de un segundo informe, encargado al Instituto Toxicológico de Barcelona. “El juzgado, a día de hoy, no ha hecho nada, y queremos que el caso siga indagándose”, dijo ayer el letrado de la acusación particular, Salvador Tena.

La Fundación Punjab, Unión Romaní y la Fundación Secretariado Gitano de Castellón respaldan la convocatoria de la manifestación. “Ha habido muchas injusticias y creemos que es una agresión por motivos de raza”, indicó el presidente de Punjab, Enrique Giménez, a Mediterráneo.

En el mismo sentido se pronunció el presidente de Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez-Heredia, quien aseguró que la agresión a Ángel Hernández fue “de cariz absolutamente discriminatorio” y pidió la asistencia de los ciudadanos gitanos a la marcha del día 26 “para dar cariño a la familia de un hombre que no merecía un final tan triste y que se podría haber evitado”. Los distintos colectivos y los familiares de la víctima exigen “justicia para quienes intervinieron en la muerte”. H