Rebeca tenía 26 años cuando decidió hacerse una reducción de mamas. Pero ni con tres operaciones de cirugía estética quedó bien. Desde entonces sufre las secuelas, tanto a nivel estético (asimetría y exceso de volumen), como psíquicas (trastorno depresivo por la pérdida de autoestima). Un jueza ha sentenciado ahora que el médico que la operó actuó de forma negligente y le condena a él y a la aseguradora a pagar a la joven 48.500 euros, más intereses.

La sentencia destaca sobre la primera de las tres intervenciones que le fueron practicadas a la mujer que la falta de información de los riesgos «ya es por sí sola una mala praxis médica». El hecho de que se le informara en las otras dos operaciones no subsana esta deficiencia, desde el punto de vista de la jueza. H