Condenada una madre de Castellón por encadenar a su hija nini de 15 años en casa tras escaparse la menor del domicilio, robar y no acudir al instituto.

El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial sentenció ayer a la progenitora a la pena de un año y medio de prisión por un delito de detención ilegal con la circunstancia atenuante de arrebato. La mujer llegó a un acuerdo in extremis con la Fiscalía y aceptó una condena de prisión que no cumplirá si no vuelve a delinquir en los próximos tres años. Así se lo concedieron los magistrados, que aceptaron suspender la pena privativa de libertad a la madre, que actuó de manera ilegal ante el «desbordamiento que sentía por la actitud y el comportamiento de riesgo de su hija», tal y como señaló la propia fiscal del caso.

La ya condenada sí deberá comunicar al juzgado cualquier cambio de domicilio, según le advirtió el presidente del tribunal.

La joven, que en la actualidad tiene 16 años y está embarazada, decidió no personarse en el proceso como acusación particular.

LOS HECHOS JUZGADOS

Los hechos por los que su madre se sentó ayer en el banquillo tuvieron lugar en septiembre del pasado año. Concretamente, el día 19, cuando la progenitora decidió encadenar a la adolescente en su habitación. La ató de un tobillo a la ventana y la mantuvo en esa situación hasta el día 21 para evitar que se escapara del domicilio, como había hecho en otras ocasiones. Asimismo, la sentencia explica que la joven cometía hurtos y no acudía a clase.

La niña encontró un teléfono móvil en el tercer día encadenada y, aunque el mismo no tenía tarjeta SIM, pudo utilizarlo para llamar a emergencias. Avisó al 112 y efectivos de la Policía Local de Castellón y de los bomberos se presentaron en la casa familiar, sita en la calle Jacinto Benavente de la capital. Llegaron hasta la habitación y liberaron a la menor, deteniendo a la madre.

Además de la pena de cárcel, la sentenciada deberá hacer frente a las costas del proceso judicial.

La adolescente acudió ayer al juicio con su madre y no reclamó indemnización alguna por lo sucedido. Dos agentes de la Policía Local también se personaron como testigos para relatar lo que sucedió en la casa y cómo encontraron a la menor, pero su testimonio no fue necesario al alcanzar un acuerdo de conformidad las partes antes del juicio.

Las partes anunciaron que no recurrirán el fallo, por lo que el presidente decretó la firmeza de la sentencia y, antes de levantar la sesión, dijo a la ya condenada que esperaba que las cosas fueran bien en adelante. Madre e hija se marcharon juntas.