Doce años y tres meses de cárcel. Esta es la condena que han dictaminado los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón contra el conocido como maltratador del Miércoles Santo, Petrus S.S. que asestó varias cuchilladas a su esposa por la espalda en la noche del 23 de marzo del 2016.

Para los magistrados ha quedado probado que el agresor atacó a la mujer a traición. También consideran demostrado que, antes de este sangriento suceso, golpeó con violencia a su esposa en el domicilio conyugal de Torreblanca, donde vivían con su hija menor, ocasionándole entonces hematomas y lesiones por el cuerpo. Por el intento de asesinato la pena es de 11 años y seis meses y por violencia de género de 9 meses.

Asimismo, como reclamaba el fiscal de Violencia de Género, Francisco Sanahuja, el hombre no podrá ejercer como padre, ya que la Audiencia le retira la patria potestad de su hija, que ahora tiene cinco años de edad.

Los hechos se remontan a la noche del 23 de marzo del 2016. El ahora condenado y su esposa habían acordado hacía unos días que se iban a separar y que él tenía que irse de la casa.

Los dos vivían con su hija menor de edad y un amigo de la pareja. Esa noche, el procesado, fue a recoger a su mujer al lugar de trabajo y ella, al llegar a casa, le preguntó por los papeles de la niña, que él había quedado en entregarle. Furioso, empezó a darle puñetazos. La mujer intentó calmarlo porque la hija estaba durmiendo en su dormitorio.

Poco después, cogió un cuchillo de cocina y le dijo que salieran de casa porque tenían que hablar, esgrimiendo ante ella el arma. Ella intentó tranquilizarlo y accedió a salir, y se fueron hasta el coche, al que subieron, empuñando él el cuchillo. Tras poner el vehículo en marcha y circular unos metros, ella, en un intento desesperado por huir, abrió la puerta y se lanzó con el coche en marcha. Petrus, entonces, armado con el cuchillo, bajó del turismo y la alcanzó por la espalda, rodeándole con el brazo el cuello y asestándole numerosas puñaladas en el abdomen para matarla.

La víctima, como relataron los testigos en el juicio, comenzó a gritar: «¡Ajutor, ajutor ma o omoara!» que significa «¡ayuda, ayuda, me mata!». Una mujer que paseaba al perro y otro vecino que llegaba de trabajar intervinieron y el agresor huyó.

La mujer fue rápidamente auxiliada por los médicos en una ambulancia y la llevaron al ambulario, después fue derivada a la UCI del General muy grave. A día de hoy aún tiene secuelas por las heridas y sigue de baja laboral.