La Sala II del Tribunal Supremo eleva de 3 años y 8 meses de prisión, a 9 años y medio, la condena a un hombre que agredió sexualmente a su expareja sentimental en un coche en Vinaròs, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) tras la sentencia del día 21.

El Supremo estima el recurso de la mujer y de la Fiscalía, y condena al hombre, de origen marroquí, por un delito de agresión sexual con la agravante de parentesco, cuando la Audiencia de Castellón consideró que el delito era de abusos sexuales.

El alto tribunal condena a Y.E.Z. como autor de un quebrantamiento de condena a seis meses de prisión y por un delito de agresión sexual con la agravante de parentesco a nueve años y un día. Mientras, la Audiencia condenó al hombre por abusos sexuales a 2 años, por malos tratos a un año y por amenazas a 8 meses.

La sentencia del Supremo, siguiendo el criterio del fiscal, engloba en la agresión sexual con intimidación los malos tratos y las amenazas que la Audiencia había penado de forma autónoma.

Los hechos juzgados se remontan al 21 de noviembre del 2013 cuando, según los hechos probados, Y.E.Z. se personó e el párking de tierra situado en las inmediaciones de la avenida de la Libertad a sabiendas de que su ex Y.C.G. acudiría al lugar tras dejar en el colegio a la hija de esta. Y una vez que la misma se dirigía a su vehículo fue sorprendida por Y.E.Z., que le arrebató las llaves de su vehículo así como su móvil. El acusado instó a la mujer para que se subiera al vehículo del primero, la cogió del brazo y la puso en el asiento del copiloto, cerrando todos los pestillos. Y.C.G. se quedó paralizada, sin saber reaccionar, y Y.E.Z. puso en marcha su vehículo llevándose a la mujer.

Parados en un camino entre naranjos, cogió las llaves del automóvil, se la puso en el ojo y le dijo que si le denunciaba cuando la dejara en el pueblo que él se iría a Marruecos, se casaría, que tendría hijos, pero que a ella la iría a buscar y la dejaría tuerta y a ver quién la iba a querer con un ojo menos, y que la iba a rajar.

CON UN CORDÓN // En otro momento, cogió un cordón de un zapato para dar con él dos vueltas sobre el cuello de la víctima presionando el mismo, hasta que la denunciante llegó a sentir cierto ahogamiento. La denunciante le manifestó que dejara de presionarle el cuello, que haría lo que él quisiera. Finalmente habló con su primo por teléfono, dándose cuenta el acusado que entre ellos no había ningún tipo de relación. Finalmente, le bajó una parte de los pantalones y la penetró vaginalmente hasta eyacular, todo ello, contra la voluntad de la misma, que accedió por el miedo que el procesado le había inferido y por la situación de dominación que tenía sobre la misma.

El hombre había sido condenado por sentencia de 19 de noviembre del 2013 por un delito de violencia de género y pesaba sobre él la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima del suceso. H