Ya hay sentencia: cuatro años de cárcel. Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Castellón han condenado al almazorense A.V.M., de 41 años, por un delito de agresión sexual ocurrido en el 2007 respecto de la sobrina de su hermano, cuando la víctima apenas tenía siete años. Pese a que el acusado lo negó en el juicio, los informes forenses y el relato de la víctima fueron determinantes en el juicio para considerarlo culpable.

El tribunal, además, impone a A.V.M. el pago de una indemnización a la chica, que ahora tiene 17 años, de 10.000 euros por los daños psíquicos ocasionados.

SECUELAS // Los médicos forenses aseguraron que la afectada sufre como consecuencia de la agresión sexual sufrida una sintomatología depresiva con trastornos de la alimentación. El fallo judicial contempla la orden de que el almazorense, tras el cumplimiento de la condena de prisión, no pueda acercarse ni comunicarse con la joven a menos de 200 metros de su lugar de trabajo o residencia durante tres años.

Según los hechos probados, el suceso se remonta al verano del 2007, cuando la afectada y su prima se quedaron a solas con el hermano de su tío en casa. Así, aprovechando que la chica, con siete años, se había quedado dormida en el sofá, la cogió por el brazo y se la llevó por la fuerza hasta una de las habitaciones, donde cerró la puerta. Tras esto, como ha quedó demostrado tras el juicio, movido por un evidente ánimo lascivo, apagó la luz y tapó la boca a la niña con una mano amenazándola con que si contaba algo a alguien le haría daño a su familia.

Tras esto, la desnudó de cintura hacia abajo y perpetró la agresión sexual. Después, la duchó y seguidamente la llevó de nuevo hasta el sofá del salón junto con su prima, también menor.

Durante el juicio se vivieron instantes de auténtica tensión. El acusado, por su parte, explicó en la sala que «nunca» le había puesto la mano encima a un menor y que todo era «mentira».

La víctima, que prestó declaración tras un biombo para no tener que ver la cara al procesado, narró que sintió mucho dolor. Además, explicó ante los letrados, el fiscal y el tribunal que para ella el acusado era «como parte» de su familia, por se lo conocía «de toda la vida».

La madre de la menor, por su parte, relató que su hija «empezó a cambiar» tras la agresión sexual y contó que la pequeña tenía ataques de ansiedad. El exnovio de la chica lo corroboró que ella sentía «miedo» cuando pasaba por la calle Boqueras, donde pasó todo. «Una vez me confesó que él la había violado de niña y la animé a denunciar». Contra el fallo de la Audiencia cabe recurso.