Tres años y dos meses de prisión por un delito de robo con violencia. Es la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Castellón a un ladrón reincidente que se coló el pasado mes de febrero en un bloque de viviendas de la capital, en el que intentó robar a un vecino, al que golpeó y amenazó con un cuchillo.

Según declara probado la Justicia castellonense, el caco entró en la finca y llamó a uno de los pisos. Cuando la víctima abrió la puerta, el agresor le pidió dinero, a lo que esta contestó que solo tenía unas monedas. En ese momento, el ya condenado, con voluntad de causarle temor y desasosiego al afectado, sacó un cuchillo del bolsillo trasero de su pantalón y se lo exhibió, diciéndole: «Ahora me lo vas a dar todo», al tiempo que hacía intención de entrar en el domicilio por la fuerza.

La víctima, atemorizada por la situación, salió al rellano de su casa y comenzó a gritar para pedir auxilio, mientras trataba de cerrar la puerta del domicilio para impedir la entrada del ladrón. Víctima y agresor iniciaron un forcejeo en el que la primera intentó quitarle el arma blanca por miedo a ser herida. El atacante le propinó un puñetazo al vecino en la sien, lo que provocó que se le cayeran las gafas al suelo, según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.

Pese a la agresión, la víctima continuó oponiendo resistencia y pidió ayuda a pleno pulmón. Consiguió retener el cuchillo del caco y este, por miedo a ser descubierto por algún testigo, soltó el arma blanca y se marchó a la carrera. Huyó del lugar a bordo de un vehículo Citröen Saxo de color granate y, más tarde, pudo ser detenido por la policía.

Un vecino del edificio que no vio directamente el forcejeó, pero que sí escuchó los chillidos de la víctima, se asomó a la ventana de su casa y pudo ver la fuga del asaltante. De gran ayuda fue su testimonio, puesto que aportó detalles sobre el vehículo de la huida, incluida la matrícula. Ese hombre declaró tanto ante la policía, como en el juicio oral y avaló el testimonio del denunciante.

El herido sufrió lesiones en el tercer y cuarto dedo de la mano, una contusión craneal y ansiedad reactiva. Además de la pena de tres años y dos meses de cárcel, el tribunal le impone ahora una multa de 372 euros por un delito leve de lesiones.

Los magistrados de la Audiencia Provincial inciden, asimismo, en que la versión exculpatoria ofrecida por el condenado no fue creíble en el acto del juicio y la tachan de «absurda».