Un castellonense con discapacidad ha sido condenado a dos años y medio de prisión, a otros seis de libertad vigilada y a pagar 9.000 euros de indemnización por agredir sexualmente a otra interna en un centro de Madrid, en el que ambos residían.

Los hechos por los que ha sido sentenciado por un juzgado madrileño se remontan al año 2016. Tras ser incapacitado parcialmente por un juzgado de Vinaròs en el 2015, fue internado contra su voluntad en una residencia. Sobre las 19.00 horas del 26 de octubre del 2016 , introdujo a la víctima, sordomuda e incapacitada judicialmente, en su habitación. Una vez allí, la llevó al cuarto de baño, donde la tiró al suelo, le bajó los pantalones y la agredió sexualmente.

Como consecuencia de estos hechos, la afectada sufrió unas heridas consistentes en una pequeña erosión no sangrante en el labio inferior derecho de la cara, equimosis en las piernas y lesiones ginecológicas que solo precisaron de una primera asistencia.

Según declara acreditado la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, el procesado tiene una discapacidad intelectual leve-moderada con deterioro del comportamiento importante que requiere tratamiento. Esta circunstancia, según el documento judicial, hace que en el momento de los hechos sus facultades cognoscitivas y su voluntad se encontraran afectadas, al menos, de forma moderada.

Antes de la celebración del juicio, el procesado --ingresado en prisión provisional desde su detención en el 2016-- consignó en el juzgado 6.000 euros en pago de parte de la responsabilidad civil derivada del delito.

La defensa y el Ministerio Fiscal alcanzaron un acuerdo antes de celebrar la vista, por la que se reconocían los hechos y se aceptaba la pena de prisión.

El pasado año, la Audiencia Provincial de Castellón ya condenó a un agresor sexual reincidente, quien pasará quince años ingresado en un centro psiquiátrico tras haber sujetado y manoseado a una menor de edad en la zona del Salto de la Novia de Navajas. La niña, a la que fue sentenciado a indemnizar con la cantidad de 10.000 euros, estaba orinando detrás de unas rocas, junto a dos amigas, cuando el procesado las vio y se acercó a ellas con ánimo libidinoso. La cogió por la espalda y le levantó la camiseta, realizándole tocamientos. Se inició un forcejeo entre ambos, en el cual la niña intentó zafarse del condenado. Otras dos personas que se encontraban en las proximidades acudieron en auxilio de las menores y, tras recriminar al acusado su actuación, el hombre soltó a la niña de la que estaba abusando y huyó del lugar. Posteriormente, fue detenido.