La Audiencia Provincial ha condenado a 19 años de cárcel al asesino confeso del exalcalde de Ribesalbes, Antonio Valls. Así lo recoge la sentencia del caso, emitida tras el juicio celebrado el pasado octubre y a la que ha tenido acceso el periódico Mediterráneo.

El fallo reconoce una de las atenuantes que pidió el acusado, Domingo R.L., por haber confesado el crimen, pero desestima aplicar cualquier reducción de pena por motivos psicológicos, como también pidió durante la vista. En la misma, sus declaraciones sobre los hechos fueron en ocasiones contradictorias.

La condena es inferior a la que pedía la Fiscalía, de 20 años de prisión, y también a la solicitada por la acusación particular, que ascendía a 25. Uno de los motivos es que no se ha valorado la agravante de ensañamiento, puesto que los miembros del jurado popular consideran que no hay pruebas suficientes que permitan asegurar que el asesino remató a su víctima golpeándole la cabeza con una piedra tras el atropello.

ALEVOSÍA // En cambio, el veredicto sí contempla una agravante por alevosía al considerar probado que Domingo R.L., de 61 años, preparó a conciencia el plan que le llevó a matar al que fue el primer alcalde de la democracia en Ribesalbes y empresario azulejero de la localidad, que tenía 71 años y estaba jubilado en el momento de su muerte. Durante el juicio, el ahora condenado reveló que cometió el crimen porque la víctima le miraba mal.

El condenado añadió que muchos vecinos de la localidad cambiaron su actitud hacia él tras ser detenido por la Guardia Civil tras haber ahorcado a sus dos perros. Estos sucesos ocurrieron meses antes del asesinato de Valls.

Pese a la condena de 19 años, la acusación particular considera que la sentencia no les es del todo favorable, puesto que asumen que tan solo cobrarán una indemnización de 50.000 euros procedentes del seguro de responsabilidad civil. Y es que, pese a que el veredicto de la Audiencia Provincial obliga al asesino a pagar 86.276 euros a la viuda de Valls y 9.586 a cada uno de sus dos hijos, la defensa de la víctima teme que el homicida se declare insolvente y no llegue a abonar nunca estas cantidades. H