Una de las dos acusadas de haber asesinado a un anciano de 85 años reconoció la autoría del crimen en la primera sesión del juicio que comenzó ayer en la Audiencia de Pontevedra, aunque alegó que lo hizo inducida por la otra encausada, cuidadora y heredera universal del fallecido.

La Audiencia de Pontevedra inició ayer el juicio contra estas mujeres, para quienes tanto la fiscalía como la acusación particular piden 20 años de cárcel por el asesinato del anciano en su vivienda de Chancelas, en el municipio pontevedrés de Poio, para quedarse con sus bienes.

“Lo maté, sí”, explicó Rocío G.G. a preguntas de su abogado, pero añadió que lo hizo inducida por la otra acusada, Albertina T.F, y que durante la vista oral defendió su inocencia. “Yo sé que tengo que pagar por lo que hice, pero también hay personas a mi lado que, como yo, también tienen que pagar”, señaló con respecto a la otra acusada. “Lo hicimos de forma conjunta”, afirmó.

La joven explicó que “no era dueña de sus actos; era como un robot” cuando mató a golpes a Secundino Prego, a instancias de Albertina T.F., a quien señaló como la autora intelectual del crimen y la única beneficiaria. “Yo no tuve beneficio económico alguno”, prosiguió, a pesar de afirmar que la supuesta coautora le ofreció 5.000 euros por su ayuda. H