Desde la detención de Carlos Franch, «Betxí ya no es lo que era», comentaba ayer Rosa, una vecina del municipio. Y es que los betxinenses están «conmocionados». «En el pueblo no se habla de otra cosa». Cafeterías y bares reflejan la incómoda situación: las tertulias se centran en el caso.

«Era un secreto a voces... Desde hace años se comenta que se sobrepasaba con las niñas cuando saltaban y las cogía», comentaba Mari Paz. Otra mujer añadía: «A mucha gente no le ha sorprendido, porque había un rumor sobre eso desde hace tiempo, pero nadie había denunciado nunca. Si lo ha hecho que lo pague». Su hija, que la acompañaba, y quien prefiere también mantenerse en el anonimato, concretaba: «Mi amiga me contó que la amenazaba y le decía: Mira, si no te dejas no vas a participar en los campeonatos o no harás la coreografía...».

Por otro lado, otros vecinos insistían en que no podían creérselo: «Lo conozco de toda la vida, es amable, atento... Sinceramente son muchos años los que lleva entrenando a niñas y no me lo creo». Y matizaba: «Además, ¿Tú llevarías a tu hija a entrenar donde tú dices que ya sufriste abusos cuando eras niña? ¿Con la misma persona que abusaba de tí? No verdad, pues eso me extraña».

Por su parte, otro betxinense apuntaba: «Cuesta de creer. Es una persona bien considerada en el pueblo. Pero, es cierto que hace años hubo quejas por tocamientos, aunque sin denuncias».

Un municipio de 6.000 habitantes que ha visto truncada su tranquilidad. «Estamos preocupados por si descubren vídeos o algo y hubiera grabado a nuestras hijas», comentaba ayer el padre de una gimnasta de corta edad.