Antes de que el juicio quedara visto para sentencia, los acusados tuvieron un turno de intervención que José Manuel López Pérez, Coté, no quiso desaprovechar. Dijo ser la víctima de un «contubernio» y de un «montaje». Aseguró que existe un «abismo» entre «lo que se ha publicado y lo que se ha visto en esta sala». Señaló que ha vivido «diez años de exposición mediática» y de «calvario».

Se presentó como un profesional muy formado (en la línea de lo que afirmó en sus conclusiones su abogada) y sin voluntad de enriquecimiento, al decir que «nunca» ha dejado de atender a un paciente aunque no tuviera dinero. En este sentido, consideró de interés informar a los miembros del tribunal que es socio de Médicos Sin Fronteras y que estuvo de voluntario en una epidemia de cólera en Perú. Frederic Gisbert, por su parte, afirmó que el juicio estuvo «falto de hechos reales».