La Audiencia Provincial de Castellón juzgará el próximo mes de noviembre hasta cuatro casos de presuntos abusos sexuales, tres de ellos contra menores de edad.

El primero se celebrará el día 5 y sentará en el banquillo a un padre, acusado de practicar tocamientos a su hija, mientras comían en un chiringuito del Grao de Castellón. Fueron los propios empleados del local quienes avisaron a la policía, que arrestó al adulto, para el que la Fiscalía pide ahora cinco años de cárcel.

Según relata el Ministerio Fiscal, el padre realizó tocamientos a la pequeña en sus genitales. La madre de la menor ha renunciado a la compensación económica que pudiera corresponderle.

Un día después del juicio por estos hechos, se celebrará otro contra un vecino de Almassora, acusado de abusar sexualmente de dos niñas hermanas, hijas de unos amigos. El fiscal solicita, en este caso, 22 años de cárcel y otros diez de libertad vigilada para el presunto pederasta.

Según sostiene el Ministerio Público en su escrito de acusación provisional, el hombre realizó graves tocamientos a las dos menores en su domicilio y en su despacho, al que las llevó tras recogerlas a la salida del colegio.

Para el adulto piden, asimismo, una orden de alejamiento, que le impida acercarse a menos de 500 metros de las niñas, así como una indemnización de 30.000 euros para las víctimas.

LA VÍCTIMA, SU HIJASTRA

El día 7 se sentará en el banquillo de la un varón al que acusan de haber abusado de su hijastra en Castellón. Se enfrenta a dos años y medio de prisión por haber, presuntamente, manoseado a la joven y haberse exhibido. La Fiscalía relata que el hombre le tocaba sus partes íntimas cada vez que se quedaba a solas con ella y que, en una ocasión, se masturbó en su presencia, llegando a mandarle una foto de sus genitales a su teléfono móvil por Whatsapp.

Uno de los casos más graves, por las consecuencias psicológicas para la víctima, llegará a la Audiencia el día 21. Un vecino de Alcalà se enfrentará a una pena de diez años y a una indemnización de 18.000 euros para la niña de la que, supuestamente, abusó. Los hechos tuvieron lugar entre los años 2012 y 2016, iniciándose los tocamientos cuando la afectada contaba con once años.

Nuevamente, el acusado era amigo de la familia de la menor. «Casi a diario le tocaba el pecho y los genitales», sostiene el fiscal en su escrito de acusación.

Como consecuencia de estos hechos, la menor sufre «ansiedad, miedo insuperable, fobia social e insomnio» y precisa de tratamiento psiquiátrico, además de sesiones de psicoterapia, quedándole como secuela una depresión reactiva y estrés postraumático tardío. El Ministerio Público pide que el presunto agresor la indemnice con 18.000 euros y que no pueda acercarse a ella en por tiempo de una década.