Los datos bancarios son hoy en día el mayor botín para algunos ladrones. El código PIN, las claves para operar por internet, las confirmaciones de operaciones a través de un sms al móvil... la era digital ha revolucionado, a golpe de clic, la manera en la que manejamos nuestras cuentas y también ha puesto a los delincuentes tras la pista de nuestra información económica. En Castelló se han disparado las estafas a través de internet y ya suponen cerca del 20% de las denuncias que se reciben en la comisaría provincial, según fuentes consultadas.

Uno de los hechos más detectados son los engaños a modo de compras involuntarias. Es decir, pequeños cargos que aparecen en la cuenta corriente y que la víctima no es consciente de haber realizado. Al parecer, se trata de un timo que propicia el clic del internauta en alguna publicidad y que, automáticamente, genera un cargo en la tarjeta. No se trata de grandes cantidades, sino de 20, 30 o 40 euros, pero muchos son los castellonenses que lo han denunciado por miedo a seguir recibiendo cobros indeseados.

La Policía Nacional dio también ayer mismo cuenta del auge de una estafa económica que estaba ya casi extinta y que ha vuelto con fuerza a la provincia. Los ciberdelincuentes se hacen pasar por una empresa de técnicos informáticos que contactan vía telefónica con la víctima y le dicen que su ordenador está en grave riesgo. Solicitan a la persona el control remoto del ordenador, tablet o smartphone para solucionarlo y es en ese momento cuando le roban los datos bancarios.

El hackeo de la banca on line también ha provocado el vaciado de cuentas en cuestión de minutos en la provincia. Bastan un par de transferencias internacionales para desplumar al afectado. Ante un suceso de estas características, es importante tramitar el bloqueo con la entidad bancaria y denunciar de inmediato.

En lo que va de año los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad han detectado, asimismo, numerosos casos en los que el ladrón se acerca a la víctima --de avanzada edad en muchas ocasiones-- mientras saca dinero en cajeros automáticos del centro de Castelló. Miran de reojo el PIN que introduce y, cuando han obtenido la numeración, persiguen a la víctima allá donde vaya hasta que logran hacerse con la cartera en un hurto al descuido en un supermercado, una cafetería, un parque etc..

Para cuando el afectado se da cuenta de que no tiene la cartera, la cuenta está ya vacía.