Un vecino de Alcalà de Xivert deberá hacer frente a la pena de cuatro años de cárcel y al pago de 29.000 euros por dejar ciego de un ojo a otro joven a bastonazos y saltarle varias piezas dentales al hermano de este durante un altercado que tuvo lugar en el año 2014. El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso interpuesto por su defensa, alegando que había falta de pruebas, tras la sentencia condenatoria dictada por la Audiencia Provincial.

El alto tribunal recuerda al recurrente que no le corresponde valorar la prueba testifical y pericial, competencia de los magistrados de Castellón. Estos declararon probado que durante los carnavales celebrados en Alcalà, agresor y víctimas estaban de fiesta en la carpa ubicada en la calle Héroes de Marruecos. Los jueces determinaron que el condenado estaba allí entre amigos y que una de las víctimas de la agresión, a la que conocía, estuvo siguiéndole y provocándole.

Ambos fueron expulsados de la infraestructura, se empujaron y el sentenciado acabó yéndose a su casa junto con una chica.

HECHOS PROBADOS / Los dos hermanos acudieron a la vivienda del primero y mantuvieron una nueva discusión. Según declaró probado el tribunal, el dueño de la casa cogió un palo de madera y agredió con fuerza a los dos hermanos. Uno de ellos sufrió heridas sangrantes en la boca y perdió varios dientes. El otro, un traumatismo en el ojo izquierdo con pérdida de visión.

La sentencia de origen consideró verosímil y persistente en la incriminación la declaración de las víctimas, quienes reconocieron que fueron ellos quienes acudieron a la casa del agresor. «Primero pateó a mi hermano, le arrancó un diente y le dejó la boca ensangrentada. Fuimos a su casa a pedirle explicaciones y entonces salió como loco con un bastón y empezó a pegarnos palazos en la cara y el cuerpo. A mí me pegó por lo menos veinte porrazos», relató un afectado a preguntas del fiscal.

LA VERSIÓN DE LA MADRE / Por el contrario, determinaron los magistrados que no era creíble la versión ofrecida por la madre del acusado, quien cambió sustancialmente su declaración para decir el día de la vista oral en Castelló que su vástago no golpeó a los dos hermanos.

«Yo me marché a casa para no tener problemas y, al cabo de unos minutos, vinieron a aporrearme la puerta, buscando jaleo. Yo saqué un palo de madera, pero solo para intimidarlos y que se fueran de mi casa», alegó el procesado durante su interrogatorio, rechazando la acusación que pesaba sobre él en el juicio. Los jueces no lo creyeron.