La Guardería del Consorcio del Riu Millars, junto con una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, han denunciado a 12 pescadores continentales por causar molestias a especies de aves en época de reproducción y por destruir la vegetación de la ribera del río.

La actuación se desarrolló en dos días consecutivos. En el primero se denunciaron a seis pescadores por pisar y destrozar plantas autóctonas de carrizo y enea de una laguna muy sensible, donde se encuentran criando dos parejas de una especie de ave muy amenazada como es el calamón, explican.

Además, los acusados no llevaban licencia de pesca continental, y habían dejado multitud de residuos por los alrededores de la laguna. La intervención no se realizó por la pesca en sí misma, ya que en la desembocadura se puede pescar con licencia, pero debe hacerse en aquellas zonas donde se puede llegar hasta la orilla del agua sin tener que destruir y pisar la vegetación y mucho menos en época de cría.

«Además de las molestias que ocasionan a la fauna durante la primavera, hay que tener en cuenta la destrucción de los márgenes del río y de la orilla de las lagunas que usan muchas especies para hacer los nidos y esconderse», detalla el guarda del Consorcio, David López.

En la segunda jornada se denunció a otras seis personas, por el mismo motivo, pues «habían pisado varias zonas de vegetación que rodean una laguna de agua dulce, dejando al descubierto el hábitat de muchas aves nidificantes». Tampoco llevaban licencia de pesca y también habían dejado suciedad por los alrededores de la Gola norte. «Está pegada a la desembocadura, muy cerca del mar. «Tiene agua dulce permanente que aflora de la capa freática y poca salinidad, lo que permite la presencia de muchas aves importantes, como el calamón, pero también posibilita que haya carpas, una especie invasora muy perseguida sobre todo por pescadores del este de Europa», explica el guarda.

Primavera, época de cria

El Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del riu Millars aconseja dejar de pescar en la zona durante la reproducción de las aves. El objetivo es evitar molestias a las decenas de especies que durante la primavera crían a lo largo de la desembocadura. Esta zona es uno de los parajes protegidos más importantes de la provincia. El tramo final, entre Vila-real, Almassora y Burriana, alberga una población nidificante de aves muy importante protagonizada por el calamón, la cigüeñuela, el chorlitejo patinegro, el martinete común, el chorlitejo chico o el carricerín real, entre otros. El paraje atesora figuras de protección europeas como Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario.