La mujer de Manuel Delgado, el veraneante asesinado en Benicarló en el 2014 a manos de un vecino a cuenta de las disputas por los ladridos de los perros del fallecido, aseguró ayer, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, que el autor del crimen, «después de matar» a su marido, «estaba tan contento».

«Oímos un disparo, había muchísima sangre y yo empecé a gritar. Él no me pidió perdón en ningún momento y hacía el paripé, abrazando a su mujer», aseguró la esposa de la víctima.

El procesado, Manuel Enrique A.A., de 63 años y origen venezolano, se enfrenta a una pena de 20 años de prisión y fue interrogado ayer en la primera jornada del juicio con jurado popular. «Cogí la escopeta para intimidarle y se me disparó. No quería hacerle daño, no sabía que el arma estaba cargada y me quedé petrificado. Aún no me lo creo», dijo.

«Los perros hacían un ruido tremendo a mediodía y era molesto. Mi mujer no podía descansar y ya se lo había dicho al fallecido y a su esposa en ocasiones anteriores», explicó ayer Manuel Enrique A.A., quien el 26 de agosto del 2014 mató de un tiro en la cabeza a la víctima.

El acusado aseguró que salió al descansillo cuando oyó que su mujer y la esposa de la víctima discutían sobre el tema, pero negó que tuviera la intención de acabar con la vida del fallecido.

«Se me disparó al dar la vuelta en la escalera. Estaba todo lleno de sangre y cogí una toalla para asistirlo», afirmó el procesado, entre lágrimas, sosteniendo que intentó ayudar a detener la hemorragia de la víctima.

Los hijos del fallecido, por su parte, relataron al tribunal que se habían sentido «amenazados» por la esposa del procesado, quien en una ocasión llegó a decirles: «Si los perros no paran de ladrar, vais a salir perdiendo». «Nos ha destrozado la vida, vamos al psicólogo y nos medicamos, y todo por culpa de este monstruo. Queremos justicia y la mayor pena posible», pidieron.

TERRORISMO / La Guardia Civil encontró en casa del acusado una pistola simulada, un pasamontañas y un manual sobre ETA. Objetos que él dijo guardaba «por nostalgia» y «como recuerdo» de su vida en el País Vasco. El juicio se reanuda hoy en la Audiencia. H