Delinquían con sus hijos como instrumento, sin mancharse las manos. La Policía Nacional ha detenido en Castellón a un matrimonio de nacionalidad rumana por utilizar a sus tres vástagos, todos ellos menores de 10 años, para sustraer ropa en un centro comercial de la capital. Los agentes, que finalmente pudieron sorprenderlos en acción, los acusan de varios delitos de hurto.

La mujer, de 29 años, y el hombre, de 35, instruían a sus pequeños para apoderarse de prendas de ropa en una conocida tienda textil y ocultarlas en un carrito de niño, según ha podido saber Mediterráneo de fuentes fidedignas. Su objetivo no era otro que evitar ser pillados con objetos robados por parte de los vigilantes de seguridad o la propia policía. Si los menores eran quienes cometían directamente los hurtos, los progenitores podían alegar, en caso de ser cazados, que el robo había sido una gamberrada propia de niños pequeños.

Los tres hermanos participaban activamente en las sustracciones, recibiendo órdenes de sus padres, según se desprende de la investigación policial.

La utilización de menores para la comisión directa de delitos, aprovechando su inimputabilidad hasta los 14 años y unas penas cortas hasta los 18, es un recurso muy utilizado por delincuentes habituales y bandas.

NIÑOS COMO ‘CAMELLOS’ / En Castellón, una de las últimas bandas de narcotraficantes condenadas utilizaba a un menor, de 14 años y vecino de Orpesa, para trasladar los pedidos de cocaína y heroína a los clientes. En total, los ocho miembros de la organización fueron condenados a 34 años de cárcel y a pagar una multa de medio millón de euros.

El Grao de Castellón vivió hace cerca de dos años un episodio similar al arrestar la Policía Nacional a una pareja que utilizaba también a un adolescente para trapichear con hachís, en el marco de la operación Pechina. El chico quedaba con los clientes y realizaba buena parte de las entregas, muchas de ellas en los alrededores de centros educativos.