Eran las cinco de la tarde cuando los vecinos de la calle San José de la Vall d’Uixó vieron alterada la recta final del fin de semana por los gritos de un hombre que, apenas una hora después, sería detenido por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de violencia de género, tras atrincherarse en su casa con varias armas, entre ellas un arco.

El protagonista de este suceso, un vecino de la localidad de 50 años de edad, tuvo en vilo y atemorizadas a decenas de personas tanto de la calle San José como de los alrededores, que fueron cortadas al paso por la Policía Local para garantizar la seguridad de los viandantes y resto de vecindario.

La alerta surgió cuando la gente escuchó sus gritos en medio de este conocido vial. No tardaron en descubrir que portaba un par de machetes en las manos. Al parecer, según confirmaron fuentes policiales, el origen de la situación estuvo en una discusión con su expareja, con la que se encontraría en trámites de separación. En algún momento de su enfrentamiento, la mujer salió de la casa en la que convivían y buscó refugio en la de unos vecinos.

El detenido, que se mostró muy alterado, y que estaba ebrio, según fuentes policiales, llegó a romper el cristal de una de las ventanas exteriores de esa vivienda y dañó con dos cuchillos un vehículo estacionado en la zona, antes de regresar hasta su propia casa, donde se encerró.

Los agentes de la Policía Local fueron los primeros en establecer contacto con el hombre, que tenía una orden de alejamiento respecto a su expareja. En primera instancia abrió la puerta --portando todavía los dos machetes--, pero no tardó en rehuir el contacto con ellos para acabar atrincherado en la terraza, desde donde les amenazó con agredirles con un arco y flechas.

La Policía Local trató de convencerlo de que depusiera su actitud sin éxito, hasta que intervino, de manera providencial, un conocido del protagonista de este suceso, que al conocerlo fue capaz de establecer un contacto más próximo. Habló con él y trató de tranquilizarlo para que dejara a los agentes de la Policía Local finalizar con el conflicto.

A través de este hombre que participó en la negociación, uno de los agentes de policía pudo ganarse la confianza del detenido, quien le recordó sus antecedentes y un paso anterior por los calabozos de la Guardia Civil.

El vecino manifestó al policía que estaba pasando «por un mal momento» y que se le habían «cruzado los cables». Tras ceder en su negativa a salir, y coincidiendo con la llegada de la Guardia Civil al lugar de los hechos, fue detenido en el momento.

En el interior de la casa, donde también vive un niño de tres años fruto de su relación con su exmujer, se encontraron todas las armas utilizadas.

incidente // Hay que reseñar además que un fotógrafo de Mediterráneo desplazado hasta el barrio para cubrir la noticia fue obligado por parte de los agentes de la Policía Local de la Vall d’Uixó a borrar las fotos que había tomado, alegando que en ellas se veía a un agente portando el arco tras su incautación.