Los Mossos d’Esquadra han detenido a Jaume Badiella, vecino de Terrassa de 54 años e informático de profesión, por el homicidio de Mònica Borràs, su expareja, de 49 años, que desapareció el pasado 7 de agosto del 2018. Por la tarde, investigadores de la Unitat Central de Persones Desaparegudes hallaron, gracias a un radar, un cadáver enterrado en el jardín de su domicilio. Todos los indicios apuntan a que la autopsia que se practicará al cuerpo certificará que se trata de Borràs.

Había sido el propio Badiella quien denunció la desaparición de la mujer hace diez meses. Los Mossos pidieron entonces la colaboración ciudadana para dar con ella y se inició una campaña por redes sociales. Badiella relató en su día que Borràs, expareja sentimental pero todavía compañera de piso, se había marchado tras una discusión. Y que, tras aquel portazo, no había vuelto a saber de ella.

Borràs y Badiella habían mantenido una relación por momentos «tempestuosa», según su entorno. Ella había acumulado en el pasado diversos litigios derivados de discusiones familiares. Ninguno demasiado grave. Su desaparición se había convertido en un enigma que, para los Mossos, pronto pasó a ser un caso de homicidio sin cadáver.