Pillado in fraganti cuando retiraba el cepo de un cajero de Castellón. La Policía Nacional ha detenido a un ciudadano rumano de 34 años como presunto autor de un delito de estafa, tras haber manipulado varios cajeros automáticos de la capital para quedarse con el dinero que las víctimas retiraban de sus cuentas.

Los agentes lo sorprendieron justo en el momento en el que estaba quitando un cepo para quedarse con el dinero que el ar-tilugio había bloqueado. Este modus operandi le permitió robar 590 euros en al menos tres golpes.

La investigación se inició tras tener conocimiento la policía de la colocación de dos cepos en cajeros de la ciudad. En una primera estafa el ahora detenido se había hecho con 500 euros; en una segunda, con 70 más; y, cuando obtenía un tercer botín de 20 euros en la plaza Doctor Marañón, fue cazado por los agentes.

Los efectivos vieron a un hombre con un gorro de lana acercarse a una entidad bancaria. Cuando estuvo a la altura del cajero, empezó a manipular la ranura de retirada de efectivo y quitó un cepo para liberar el dinero que se encontraba retenido. Al interceptar al sospechoso, los agentes le confiscaron, entre sus ropas, el cepo que estaba colocado en el cajero, que se había elaborado con una pletina metálica y con adhesivo en la cara interna.

También se incautaron de un destornillador de precisión y del gorro negro que el ladrón llevaba puesto para evitar ser identificado por las posibles cámaras, así como de las llaves de un vehículo que utilizaba para moverse de una entidad bancaria a otra.

Al inspeccionar el coche, que estaba aparcado en las inmediaciones de la sucursal, los policías localizaron numerosos utensilios necesarios para la realización y colocación de los cepos, tales como destornilladores, limas metálicas, cinta adhesiva, pegamento instantáneo, un cúter, plásticos maleables, una llave de pico de loro, alicates, tenazas, una llave inglesa y una lija, llaves Allen, tornillos, alambres y bridas.

El hombre tenía también otros dos gorros de otro color y dos gorras para cambiar su apariencia.

Cuando las víctimas de la estafa veían que el dinero no salía, pensaban que la orden no se había realizado correctamente y, al llamar a la entidad, esta no sabía qué explicación darles. H