Un cazador de la Llosa resultó herido de levedad en la cara este fin de semana como consecuencia del roce de un perdigón disparado por un grupo de personas a las que había descubierto en un coto privado de caza del municipio. La Guardia Civil investiga unos hechos cuya intencionalidad todavía se desconoce.

El suceso aconteció el sábado por la tarde. En la zona de reserva de la Llosa no se podía cazar, pues ya llevaban dos días de actividad y la normativa limita las jornadas consecutivas en las que se puede realizar esta práctica. Dos integrantes del club local paseaban por la zona para supervisarla, una costumbre habitual. Fue entonces cuando descubrieron a un grupo de unos cinco cazadores. Les alertaron de que, como es sabido entre los clubes y aficionados federados, estaban en un coto privado y que debían abandonarlo. La respuesta que obtuvieron fue de lo más inesperada.

AMENAZAS

Lo normal cuando se producen este tipo de circunstancias es que quien está en una zona indebida «se retira sin más problema, se piden disculpas y todo arreglado», explican. Pero eso no fue lo que sucedió. El grupo increpó a los dos miembros del club de la Llosa, llegando incluso a amenazarlos. «Todavía la cagaréis», les dijeron en varias ocasiones, y en medio de la tensión, entre advertencias e insultos, se alejaron.

Lo que no esperaban los cazadores de la Llosa es, de repente, escuchar un tiro. Les habían disparado. La mayor parte de los perdigones impactó sobre una superficie metálica, pero uno de ellos rozó la cara, junto a la ceja, de uno de ellos, provocándole una herida que, aunque no revestía gravedad, requirió de asistencia médica, que le dispensaron en el centro de salud de Almenara.

Alarmados por lo sucedido, avisaron a la Guardia Civil, que en menos de 15 minutos se personó en la zona indicada. Fuentes consultadas confirmaron ayer que se han hecho cargo de la investigación para dar con la persona del grupo que realizó el disparo.

ALGUNAS SOSPECHAS

Se da la circunstancia de que el mismo día había una suelta de perdices en el término de la Vall d’Uixó, por lo que había cazadores de esa ciudad por los alrededores. Aunque no existen certezas, se baraja la sospecha de que pudieran ser vecinos de esta localidad quienes protagonizaran el incidente, una presunción que se espera pueda constatar la Guardia Civil en breve. De hecho, como ha podido saber este periódico, los agentes que acudieron al lugar del incidente llegaron a identificar a algunas personas.

Un miembro de la directiva del club de caza de la Llosa opinó que «a quien hace algo así hay que retirarle el permiso de armas de inmediato, con urgencia». A su vez defendió que «la caza no es esto». Y concluyó que, incluso en el caso de que la intención no hubiera sido la de herir a nadie, «es intolerable y no se puede permitir que algo así suceda, porque podía haber acabado en una desgracia».