Ya hay sentencia en el caso del atropello mortal de Alejandro Carbajo en la plaza María Agustina de Castellón. Dos años de prisión y el pago de 163.000 euros --entre la multa y las indemnizaciones a los familiares de la víctima-- es la pena impuesta por el magistrado José Luis Antón, de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, a Nathanael Njopen por los delitos de homicidio por imprudencia menos grave y omisión del deber de socorro. Así lo han confirmado a este diario fuentes judiciales consultadas.

El ahora condenado fue declarado culpable a mediados de este mes por el jurado popular, tras 12 horas de deliberaciones en la Ciudad de la Justicia y dos jornadas de complejo juicio.

La sentencia establece que la compañía aseguradora de su vehículo pague 153.000 euros a los padres y hermanos del fallecido y que Njopen, por su parte, abone otros 7.000 por daños morales.

El jurado popular vio probado la omisión del deber de socorro que el mismo acusado reconoció abiertamente en el juicio. También declararon demostrado que Njopen, que tenía 19 años en el momento del accidente, realizó una maniobra irregular, aunque de carácter leve, al cambiar de carril de forma repentina.

Un matrimonio que circulaba en otro coche y que fue testigo del arrollamiento dijo en el juicio que el ya condenado «aceleró» de forma «brusca» y «más rápido de lo normal» cuando el semáforo se puso en verde. Sin embargo, las contradicciones en los informes de la Policía Local y unas testificales poco sólidas de los agentes no fueron suficientes para declarar probado el exceso de velocidad en el que insistían la fiscal y la acusación particular.

CULPÓ AL PEATÓN / El conductor negó ser el causante del atropello y acusó al peatón de haberse «abalanzado» sobre su vehículo. «No me dio tiempo de reaccionar», dijo el procesado, quien aseguró que no iba «a más de 40 km/h y no» cambió de carril, una versión que contradice a la de los dos testigos. «Me fui porque estaba en shock, aturdido y el miedo se apoderó de mí. Me arrepiento todos los días», manifestó en su interrogatorio el procesado.

Los efectivos que siguieron la pista al vehículo huido y revisaron las cámaras de seguridad para intentar identificarlo, destacaron que cuando averiguaron quién era conductor y lo llamaron por teléfono este les colgaba. Los agentes localizaron el coche del atropello estacionado en la avenida Barcelona de Castellón, presentando el mismo algunos daños en la matrícula y los embellecedores. «El capó estaba limpio, lo habían lavado», incidieron. Uno de los policías logró quedar con el acusado para proceder a su detención.