Dos años de prisión y una indemnización de 57.200 euros para su expareja, a cuya casa prendió fuego en su ausencia. Jorge Antonio Casas, un ciudadano cubano de 48 años y con un trastorno de la personalidad asociado al abuso de sustancias con efecto hipnótico, fue ayer condenado por un delito de incendio. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón dictó sentencia de conformidad después de haber llegado a un acuerdo los abogados de la acusación y la defensa con la Fiscalía.

Casas, que se encuentra en prisión provisional desde su detención en octubre del 2015, aceptó haber sido el causante de las llamas que calcinaron parte de la vivienda de la que fuera su pareja.

El hombre se introdujo en el domicilio de la perjudicada, en la calle Pintor Rafael Sanchis Yago de la capital de la Plana, mientras la mujer se encontraba en Madrid. La llamó por teléfono y discutieron. En el transcurso de la conversación el individuo dijo a la víctima: “No te preocupes, que te voy a dejar la casa como una tacita de plata. Cuando vuelvas, te vas a encontrar un regalito y te vas a acordar de mí toda la vida”.

Entonces se fue hasta una estación y compró gasolina. Prendió fuego en tres lugares de la casa y echó carburante para acelerar las llamas. Provocó un incendio en el garaje del inmueble, otro en el salón y un tercero en el dormitorio. Una vecina fue la que avisó a los bomberos cuando una explosión por el incendio los alertó a medianoche. Al desplazarse la Policía Nacional y los bomberos a la casa, hallaron al condenado dentro de una bañera, con una herida por arma blanca en el tórax, presumiblemente causada por él mismo, y quemaduras en las piernas.

Los daños fueron cuantiosos y fueron contabilizados en 45.278 euros. Además, fue necesaria la evacuación de la familia moradora del adosado anexo, que tuvo que irse a pernoctar a un hotel.

El coste de los servicios de extinción de los bomberos municipales ascendieron a 798 euros, una cantidad que también deberá afrontar ahora el condenado, así como el precio de la noche de hotel que tuvieron que pagar los vecinos de la afectada y los 12.000 euros que la chica deberá recibir por daños morales, según el tribunal.

Ante el elevado pago que debe afrontar, el sentenciado pidió a los magistrados la suspensión de la pena de prisión para poder volver a ejercer de médico residente de tercer año en psiquiatría, la profesión que dijo desarrollaba antes de provocar el incendio. Un facultativo deberá valorar si le da el alta para volver a trabajar. H