En menos de tres horas y en sitios muy cercanos. Jérica sufrió ayer dos incendios forestales que movilizaron a una cincuentena de efectivos humanos para sofocar unas llamas que, algún momento, llegaron a alarmar ante la proximidad de viviendas.

El primero de los siniestros se registraba en la pedanía de Novaliches, afectando a tres hectáreas de cultivo abandonado junto a un barranco, situado junto a las partidas de Arenachos, los Rollos y toda la zona limítrofe con el paraje de San Antón.

El aviso del fuego se recibía sobre las 14.00 horas, acudiendo para sofocarlo dos dotaciones de bomberos del parque de Segorbe del Consorcio Provincial, cinco unidades de bomberos forestales, un coordinador forestal, un helicóptero y cuatro aviones Air Tractor. Sobre las 18.00 horas el fuego quedaba controlado aunque no extinguido. La densa humareda acumulada provocada por el incendio obligó a cortar durante media hora la carretera CV-212.

Unos efectivos que actuaron también en el segundo de los incendios que se originaba en una zona de cultivo abandonado junto a las Masías Paredes, apenas tres horas después de comenzar el primero de los siniestros.

DEFENSA DE LAS VIVIENDAS // Unas operaciones de extinción que se centraron en defender las viviendas para que las llamas no las alcanzara, sobre todo por la existencia cercana de troncos de árboles que coadyudaban a la propagación del fuego. No obstante, las paredes de estas casas resultaron ennegrecidas por el intenso humo.

Desde el Consorcio Provincial de Bomberos explicaron como posble origen del incendio «un cortocircuito en un transformador que da servicio eléctrico a las propias masías».