La explosión producida por material pirotécnico almacenado de forma ilegal en una nave anexa a una vivienda particular en Paramos, Tui (Pontevedra) deja de momento un matrimonio de origen marroquí fallecido y 37 personas heridas. A primera hora de ayer los equipos de rescate y de emergencias retomaron los trabajos de rescate una vez que a última hora del miércoles los equipos de desactivación de explosivos asegurasen el lugar.

Al poco de comenzar los trabajos de desescombro se confirmaron las peores expectativas y los servicios de rescate recuperaron un cuerpo de la misma vivienda de la que el día antes había aparecido el cuerpo de una mujer. Con el avance del día se ha confirmado que se trata del marido de la fallecida, ambos de origen marroquí, y sobre quien los equipos de emergencia seguían la pista.

Fue su hijo de 13 años, herido en la explosión, quien indicó a los servicios sanitarios que sus padres podrían haber muerto en la explosión. Junto a él estaba su hermano menor, de 8 años.

Seis de las 37 personas heridas seguían ingresadas en la jornada de ayer y otras dos estaban en observación, si bien no corre peligro la vida de ninguno de ellos.

SOLIDARIDAD // Durante toda la jornada de ayer siguió el trasiego de vehículos y personal de emergencias y fuerzas de seguridad.

También visitaron la zona numerosos dirigentes políticos, entre ellos el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y los líderes de los principales partidos con representación parlamentaria (En Marea, PSdeG y BNG), así como las autoridades locales; el alcalde, Carlos Vázquez Padín y la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. Todos coincidieron en enviar mensajes de pésame y solidaridad a las víctimas y a sus familiares y han compartido su asombro por la destrucción causada por el material pirotécnico almacenado de modo ilegal en una zona poblada.

De hecho, aseguraron en distintas conversaciones, no se explican cómo únicamente hay dos personas fallecidas.

El presidente de la Xunta anunció antes de visitar la zona tras la reunión de su gabinete una serie de ayudas para rehabilitar y construir de nuevo las casas afectadas, ya que hasta sesenta son susceptibles de ser declaradas en ruinas, según técnicos municipales, y hay otras decenas más con daños sin cuantificar.

Por estos hechos, la Guardia Civil detuvo a un hombre, propietario de una pirotecnia situada a menos de dos kilómetros, y que estaba precintada desde hace un año por un problema de licencias urbanísticas. Los agentes consideran que el detenido puede haber cometido dos delitos de homicidio por imprudencia y estragos, ya que relacionan el material que explotó con su propiedad.