La víctima de un apuñalamiento en una discoteca latina de la avenida Gran Vía Tárrega Monteblanco de Castelló revivió ayer cómo se produjo el ataque con arma blanca en el que casi pierde la vida en el 2018. Lo hizo ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, en cuyo banquillo se sentaron dos hermanos, los presuntos autores del homicidio en grado de tentativa por el que la fiscal solicita siete años.

«El cirujano que me operó tras la puñalada dijo que estoy vivo de milagro y que si hubieran tardado cinco o diez minutos más en traerme al hospital, me hubiera muerto», relató el herido ante los magistrados, la fiscal y los abogados del procedimiento.

La víctima explicó que en noviembre del 2018 se encontraba en una discoteca de fiesta. Afirmó que fue al baño y que encontró a cuatro varones discutiendo. «Al salir, me impedían el paso. Les dije que me dejaran salir y uno me dio un puñetazo. Caímos al suelo y forcejeamos, mientras los otros tres me daban patadas y puñetazos. Al final, vino un efectivo de seguridad», dijo el denunciante durante su interrogatorio.

El afectado se dio cuenta de que tenía una puñalada en el tórax cuando fue a salir del local. «Fue entonces cuando me vine abajo. Supongo que me entraría aire en el pulmón», afirmó en la sala.

Los dos investigados negaron, sin embargo, el apuñalamiento. Ofrecieron una versión muy distinta a la de la víctima y aseveraron que, tras una pelea en el interior, «un grupo de 10 o 15 colombianos vinieron a por nosotros mientras estábamos esperando a un taxi fuera y nos pegaron».

Uno de los procesados incidió en que él había sufrido dos infartos de miocardio y que ello le impedía pelearse. Además, aseguró que acabó en el hospital, donde tuvieron que ponerle grapas en la cabeza. El tribunal recordó a su defensa que no enjuiciaban las lesiones que el acusado sufrió, sino el apuñalamiento de la víctima.

EN UN COCHE PARTICULAR

Un amigo del afectado también declaró como testigo y recordó que el acuchillado «salió muy raro del baño». «Alguien le levantó la camisa y vio que estaba herido. Se desvaneció y, como la ambulancia tardaba en llegar, decidimos llevarlo al hospital en un coche particular. Si hubiéramos esperado allí a la asistencia, se hubiera muerto», explicó el testigo.