Un hombre de 59 años que regentaba el bar Joker de Benicarló se disparó un tiro “después de que el propietario del local se presentara para cobrarle varias mensualidades que le adeudaba”, según explicaron a Mediterráneo algunos testigos de los sucedido.

Un suceso que se suma al ocurrido en Grecia, donde un farmacéutico decidió matarse hace unos días por su situación económica.

Todo ocurrió sobre las 14.00 horas del jueves, cuando el hombre, como explicaron, “arguyó que no podía hacer frente a la deuda y que si le pedía dinero se iba a pegar un tiro”. En ese momento, tanto en el bar como en los restaurantes colindantes había numerosas personas. El suicida cumplió su advertencia justo delante de una de sus trabajadores y cuando el dueño del local aún se encontraba dentro del recinto, tal y como comentaron los testigos de este dramático incidente. Los comensales llegaron a escuchar hasta cuatro detonaciones.

El arma que usó fue localizada junto al fregadero de la cocina.

La Guardia Civil acordonó la zona después de recibir el aviso. Según comentaron los conocidos del fallecido, este atravesaba una depresión y ya había amenazado otras veces con acabar con su vida.

Todo apunta a que utilizó una pistola repetidora y presentaba un disparo en la cabeza además de otros que lanzó al aire. H