Jaime Giménez Arbe, alias El Solitario, se presentó ayer como un “profesional” de los atracos a sucursales bancarias en el juicio que se celebra estos días contra él en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón. Giménez explicó, en un detalladísimo relato (más parecido a un discurso que a un interrogatorio) que duró más de 40 minutos, su particular versión del robo que perpetró en la Caja San Isidro de la Vall d’Uixó, en mayo del año 2000, y en cuya huida hirió gravemente a tiros a dos policías locales.

Durante su fuga, en la que se dispararon unos 200 casquillos de fuego cruzado entre el El Solitario y los agentes municipales, falleció el policía Manuel Ferrandis Fenollosa, quien recibió el disparo accidental en la cabeza de un compañero (condenado en el 2004 a un año y seis meses de prisión como responsable de una “muerte no querida, pero evitable”, según la sentencia). La Fiscalía pide para Giménez 31 años de cárcel por tres presuntos delitos de homicidio en grado de tentativa y un robo con violencia. Él, por contra, negó que tuviera intención de matar a los agentes que intentaron evitar su huida.

RELATO // “Entré en el banco con barba y bigote postizos. Llevaba un arma, pero no encañoné a nadie ni amenacé. Solo conminé a los empleados a que me dieran el dinero y, con la mayor educación posible, pregunté por la caja fuerte”, comenzó a contar el acusado.

Tras hacerse con unos 20.000 euros y darse cuenta de que la alarma de la oficina se había accionado, Giménez abandonó la sucursal, dispuesto a huir. A la salida de la entidad, se cruzó con los dos policías a los que hirió y se descancadenó un gran tiroteo.

“Ellos me encañonaron primero, oí dos disparos y sentí que mi vida corría peligro, así que apreté el gatillo. Yo nunca disparo primero y no quise matar a nadie, solo pretendía poder huir. Por eso, les di en las piernas y no en una parte vital. Si yo hubiera querido, habría matado a 4 ó 5 policías”, aseveró el acusado durante su larga intervención, en la que demostró conocer a la perfección el callejero de la Vall d’Uixó.

El Solitario acusó de falta de profesionalidad a los policías y dijo que “disparaban como locos, sin importarles que el agente fallecido estuviera en medio”. Al respecto de la víctima mortal, aseguró haberle visto desarmado y haberle dicho “apártate de mí”, siendo testigo de cómo el agente se quedaba bloqueado y caía, abatido.

Por lo que respecta al dinero robado, El Solitario dijo haber perdido todo el botín durante el fuego cruzado. “El maletín se abrió y cayó todo. Había vecinos que cogían billetes del suelo y casquillos de bala como souvenirs”, relató. El juicio continúa hoy. H