El Tribunal Supremo (TS) ha elevado a 43 los años de cárcel impuestos a un clan de traficantes marroquís de Orpesa, que vendían cocaína en la localidad y que fueron detenidos tras realizar un importante encargo de heroína.

La Guardia Civil detuvo a los ocho miembros de la red tras interceptar un vehículo que contenía 400 gramos de heroína, con una pureza del 100% y valorada en 28.750 euros. Los cabecillas de la banda, un matrimonio, utilizaban a uno de los hijos menores de edad, de 14 años, aprovechando la impunidad del pequeño para que llevara dosis de droga a clientes. Los investigadores de la Benemérita relataron, de hecho, durante la celebración del juicio en la Audiencia Provincial que creían que el padre del adolescente lo instruía como camello.

UN NIÑO COMO ‘CAMELLO’ // “Échame por la ventana unas bolsitas”. Esta era una de las frases que Noureddine D., supuesto cabecilla del clan magrebí dirigía, según la Guardia Civil, a su hijo, al que obligaba a colaborar. Y es que, según testificó el jefe de la investigación, el hijo del principal acusado “llevaba un teléfono en el que recibía instrucciones de su padre para realizar los intercambios con droga”.

Al domicilio de los capos del clan acudían, asimismo, consumidores de cocaína, que pagaban a la mujer a cambio de la sustancia. Por lo que respecta al inicio del seguimiento a la familia, la Benemérita explicó que comenzaron a vigilarla porque tenían visitas constantes a su domicilio de toxicómanos, conocidos en Orpesa por sus adicciones.

En su registro domiciliario se hallaron pequeñas cantidades de cocaína, así como un total de 50.210 euros como ganancia procedente de su actividad ilícita.

El matrimonio y sus compinches se reunían en multitud de cafeterías con otras personas y siempre estaban pendientes de los teléfonos.

En cuanto al coche que transportaba heroína desde Rotterdam (Holanda) a la localidad castellonense, el responsable de la investigación declaró que Noureddine D. y Antonio Z.C., el único español integrante de la banda, mantuvieron conversaciones telefónicas sobre un pedido que habían realizado y la hora de llegada del vehículo cargado. El coche llegó a Orpesa y se estacionó en un párquing de la calle Madroño, donde fue interceptado.

Seis de los ocho condenados y el fiscal recurrieron la sentencia de la Audiencia Provincial, que los condenaba a 40 años de cárcel y a una multa cercana al medio millón de euros. Ahora, han estimado el recurso de la Fiscalía, aumentando la pena de cárcel para el copiloto del coche cargado con heroína y dejando la condena total en 43 años. H