Un vecino de Vinaròs, de 59 años, se sentará en los próximos días en el banquillo de la Audiencia Provincial de Castelló para enfrentarse a una acusación de asesinato por matar a golpes a su madre octogenaria en el 2018. La Sección Primera del citado órgano judicial inició el viernes el proceso de constitución del jurado popular que deberá analizar el parricidio los próximos días 26, 27 y 28.

El procesado, que sufre esquizofrenia paranoide, se enfrenta a una pena de internamiento psiquiátrico. El fiscal pide, como máximo, 25 años de reclusión.

Según detalla el Ministerio Público en su escrito de acusación, sobre las 12.00 horas del 11 de diciembre del 2018 el acusado decidió acabar con la vida de su madre en la vivienda que ambos compartían en las inmediaciones del camí Sant Gregori de la capital del Baix Maestrat. Se trataba de una pequeña casa de campo que está situada en medio de campos de naranjos. Así, de forma sorpresiva e inesperada, atacó a la víctima, propinándole múltiples golpes en la cabeza, el rostro, el tórax y la zona del abdomen, causándole a la mujer, de 83 años, un shock traumático que provocó su muerte.

Como publicara entonces este diario, el hombre salió ensangrentado y semidesnudo del domicilio y se dirigió hacia la estación de tren de Vinaròs, próxima al lugar del crimen. Supuestamente, al acercarse a las instalaciones fue visto por trabajadores de Adif. El presunto asesino solo llevaba puesta la ropa interior y los empleados rápidamente se percataron de la sangre. Él comenzó a decir que lo habían secuestrado y torturado, por lo que los testigos, muy alarmados y desconcertados, realizaron una llamada telefónica a las autoridades, comunicando la situación. Agentes de la Guardia Civil y la Policía Local se desplazaron a la zona, entrevistándose con el sujeto. Le preguntaron dónde vivía y, sospechando que pudiese haber hecho daño a alguien, lo acompañaron hasta su domicilio, donde descubrieron el cuerpo sin vida de la anciana. Aunque efectivos sanitarios se presentaron en la casa para prestar asistencia, únicamente pudieron confirmar el fallecimiento de la víctima. El hijo de la fallecida fue detenido y trasladado a dependencias de la Guardia Civil.

El presunto asesino ya protagonizó semanas antes del crimen un incidente que causó un gran revuelo en un supermercado de la localidad, en el que llegó a arrodillarse y decir: «Alá es grande». De ello fueron testigos decenas de personas que observaron la escena mientras hacían sus compras, llegando a reprobar la actitud del presunto parricida. Algunos temieron que pudiera tratarse de un fanático religioso y la situación despertó temores.